Casi sin darse cuenta el Pabellón se enfrenta al rival contra el que obtuvo su primera victoria esta temporada en la Liga, el Celta.
Los tropiezos frente al Aros y el Universidad de Valladolid causaron las primeras dudas en un equipo que se transformó en Vigo con una victoria por 47-54. Las jugadoras del Pabellón dominaron el partido de principio a fin y creyeron por primera vez que podían hacerle frente a cualquier rival de la competición por mucho nombre que tuviese.
El próximo rival de las ourensanas será el conjunto vigués, auténtico referente del baloncesto femenino gallego en los últimos años. Campeón de la Liga Femenina en dos ocasiones (temporadas 98-99 y 99-00) y presente en la máxima categoría nacional durante 16 consecutivas, este año tuvo que ajustarse el cinturón, renunciar a su plaza en la élite y confiar en reverdecer viejos laureles comenzando desde abajo con un equipo lleno de grandes promesas como Alejandra Quirante, Marta Canella o la ourensana María Centeno.
Descontento con los resultados de su equipo, Carlos Colinas, el entrenador, incorporó hace poco menos de dos meses a Marina Delgado, jugadora mallorquina de 20 años que abandonó el Celta tras el descenso administrativo para fichar por el Cadí y que volvió a la que fue su casa ante la falta de minutos.
Considerado uno de los grandes favoritos al ascenso antes de comenzar la Liga, el irregular Celta de Vigo se encuentra ahora mismo en la zona media de la tabla empatado a victorias con un Pabellón intratable durante los dos últimos meses y medio en su feudo de Os Remedios, en el que solamente ha cosechado resultados positivos.
Desde la derrota contra el Universidade de Ferrol en la cuarta jornada de la Liga disputada el 10 de noviembre, el juego de las ourensanas ha ido mejorando progresivamente en su cancha hasta convertirse en uno de los equipos más fiables en su terreno con cuatro victorias consecutivas y al que sólo le queda mejorar en sus encuentros a domicilio para pensar en cotas mayores.
El próximo rival de las ourensanas será el conjunto vigués, auténtico referente del baloncesto femenino gallego en los últimos años. Campeón de la Liga Femenina en dos ocasiones (temporadas 98-99 y 99-00) y presente en la máxima categoría nacional durante 16 consecutivas, este año tuvo que ajustarse el cinturón, renunciar a su plaza en la élite y confiar en reverdecer viejos laureles comenzando desde abajo con un equipo lleno de grandes promesas como Alejandra Quirante, Marta Canella o la ourensana María Centeno.
Descontento con los resultados de su equipo, Carlos Colinas, el entrenador, incorporó hace poco menos de dos meses a Marina Delgado, jugadora mallorquina de 20 años que abandonó el Celta tras el descenso administrativo para fichar por el Cadí y que volvió a la que fue su casa ante la falta de minutos.
Considerado uno de los grandes favoritos al ascenso antes de comenzar la Liga, el irregular Celta de Vigo se encuentra ahora mismo en la zona media de la tabla empatado a victorias con un Pabellón intratable durante los dos últimos meses y medio en su feudo de Os Remedios, en el que solamente ha cosechado resultados positivos.
Desde la derrota contra el Universidade de Ferrol en la cuarta jornada de la Liga disputada el 10 de noviembre, el juego de las ourensanas ha ido mejorando progresivamente en su cancha hasta convertirse en uno de los equipos más fiables en su terreno con cuatro victorias consecutivas y al que sólo le queda mejorar en sus encuentros a domicilio para pensar en cotas mayores.
