Los resultados del equipo ourensano ratifican los problemas tácticos, técnicos y de actitud que se barruntaban desde principio de temporada

Un COB perdido y sin garra

Hill saluda al técnico ayudante del COB, César Iglesias, a su llegada al aerouerto de Peinador
El partido ante el Aurteneche supuso un pequeño rayo de esperanza para un COB que a la jornada siguiente se empeñó en regresar a la oscuridad absoluta.
Sin juego, sin recursos en la pista o en el banquillo y sin ambición para suplir con ganas la falta de acierto, el COB fue un pelele en la cancha del Lan Mobel. Los guipuzcoanos le pasaron por encima a un rival que no gana lejos del Paco Paz desde el 30 de octubre. El empuje de los aficionados es hasta ahora la tabla de salvación de un COB horroroso a domicilio y que ha pasado de querer pelear por el ascenso directo a tener sólo dos victorias de ventaja sobre el Oviedo y quedarse incluso fuera de los play off.

Andorra o Las Rozas son el claro ejemplo de equipos que con mayor o menor brillantez han evolucionado en su juego con el paso de la temporada. El COB no. Cambia los roles en la plantilla, modifica los minutos en algunos puestos y consigue alternar minutos potables con otros infumables pero nada que ver con acercarse a la solidez, el equilibrio o la solvencia. No en partidos consecutivos o incluso en más de dos cuartos por encuentro.

La llegada de Kyle Hill podría darle al equipo un salto de calidad si el americano consigue parecerse a lo que ha sido hasta ahora en Europa. Un soplo de aire fresco que no será suficiente si el COB se empeña en seguir por el mismo camino.

El COB no opta al ascenso directo y tampoco lo hará en los play off si no asume un giro radical en su planteamiento deportivo. Debe reiventarse tácticamente ante la imposiblidad de afrontar un relevo en el banquillo y debe conseguir que Rubén Domínguez transforme la conformidad y resignación de su equipo en una revelación individual y colectiva para superar la injustificable temporada que están firmado.

Ni Kyle Hill ni Mario Cabanas ni Jesús Fernández ascenderán a la LEB Oro a un COB que no tiene espíruto competitivo para conseguirlo ni liderazgo en la pista o en el banquillo para enseñar el camino a seguir.

La primera parte de la temporada está en la basura. La segunda va camino de ello.

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