Jorge Pérez lleva casi 30 años siendo el encargado de mimar un campo de fútbol que veía de niño desde la ventana de casa

Cuando O Couto es tu casa

Hasta que me casé vivía frente a la grada de Preferencia. Nací allí'. Quizá por eso o porque en su familia los precedentes son a pares pero Jorge Pérez es el encargado indiscutible de cuidar el campo de O Couto desde hace 30 años. 'Mi padre (Desiderio) ya hacía este trabajo y después lo hizo mi hermano (Desiderio). Yo empecé yendo por las tardes a ayudar a Venerando y Paco Paz, que era directivo, que preguntó si quería ocupar su puesto. No tenía trabajo y además me gustaba. No lo dudé', explica un hombre cuya imagen está presente en casa partido del equipo.
Las directivas, los entrenadores y los jugadores pasan con más o menos dedicación pero Jorge Pérez es el que más siente al club. Su club. El Ourense es su modo de vida y a la vez su pasión. 'Llegué a estar seis meses sin cobrar y me decían que denunciase, pero ¿cómo voy a denunciar al Ourense? No tenía para comer pero me buscaba la vida', desvela. Y reconoce que los últimos fueron los peores años: 'Ha habido varias veces en las que no me pagaban, pero los últimos años fueron muy malos. Y lo peor no era no cobrar, era que no se te decía nada'. El peor momento que ha pasado en el club: 'Me insinuaron que debía marcharme. Querían echarme y lo único que les dije fue que me pagaran lo que me debían. Eso aún lo tengo grabado. El día que salga del Couto no volveré a entrar. No me merecía eso, esas formas'.
Es la espina clavada en un trabajado intachable y un enamorado del Ourense que no ha dejado de contagiar a quienes se le acercan: 'Mi mujer no podía ver un partido de fútbol y ahora es una forofa del Ourense. Mi hija sufre como nadie y a mi nieto lo hice socio con ocho días'.
Ahora, de nuevo en calma, sigue dedicando cada segundo de su trabajo a adecentar un terreno de juego que no ha dejado de recibir críticas que comparte y que no puede enmendar: 'A veces los jugadores se burlan. Llegan el lunes y me dicen que el campo parece Maracaná. El campo está muy mal. Drena muy bien pero no seca'. Y lo explica, él mejor que nadie: 'Hay una capa de unos diez metros que es muy dura, como una piedra. El campo drena muy bien pero hay que levantarlo y limpiar los colectores y no hay otra solución porque además influyen mucho las pocas horas de sol que tiene'.
Entiende a Luisito y a los entrenadores anteriores que sufrieron los mismo rigores estructurales de un terreno de juego que se destroza cada invierno.

'Climatología cambiante'
La lluvia es un dolor de cabeza para Jorge pero la protagonista de una de las miles de anécdotas que ha vivido en el club. 'Nos jugábamos el ascenso ante el Mallorca y Serra Ferrer me dijo que el campo estaba muy duro y muy seco. Le dije que eso era ese día pero que a lo mejor al día siguiente ya no. Que la climatología era muy cambiante en Ourense. Jorge Bermello y los directivos me dijeron que había que inundar el campo. Le dimos manguera durante horas pero no era suficiente. Vinieron dos camiones de bomberos y el campo quedó impracticable. Antes del partido, Serra Ferrer se escandalizó y me dijo que aquello estaba inundado. Y le volví a decir que la climatología era muy cambiante. Me dijo que como había podido llover tanto en O Couto cuando en su hotel no había caído una gota'.
Historias del pasado y del presente de un hombre incuestionable: 'A veces se pone el punto de penalti a diez metros, llega el árbitro mide y nos dice que hay que cambiarlo. Le tocamos un poco y cuando va al vestuario se lo dejamos donde estaba'.
Lo que haga falta por el club: 'Ante el Ourense no hay nada ni nadie'.

Te puede interesar