Los de Colmenero se llevaron un derbi apasionante y más igualado de lo que refleja el marcador

Disfrutaron todos, ganó el Carballiño

Kiko intenta mantener la pelota ante la marca de Antucho. (Foto: Xesús Fariñas)
A 3:45 para el final, Rezende tuvo la sentencia de un partido que cambió de bando por la valentía del Carballiño.
1-3. En frío suena y sabe a superioridad visitante. A partido cómodo o al menos sin excesivos agobios. En caliente, desde dentro, fue un derbi que tuvo de todo menos aburrimiento. Un partido parejo hasta el bocinazo final y que cayó del lado del Carballiño pero que tuvo en el zurrón el Ourense FS si a Dani Rezende no se le hubiese ido al larguero un tiro a puerta vacía, con 1-0 a su favor y con menos de cuatro minutos por jugar.

Cosas del futbol. De un partido que durante 20 minutos, los primeros, estuvo encorsetado por el respeto mutuo y que en los 20 finales se soltó la coleta e hizo disfrutar incluso al más profano. Davide, quién si no, abrió la lata. Había avisado antes con la estrategia como aliada y repetió un minuto después con mejor fortuna. Golazo y pistoletazo de salida para un partido nuevo, totalmente distinto y con 14 minutos de duración por delante.

Los ocho primeros fueron para los locales, curioso que fueran de rojo cuando la grada era más verde que las aceitunas. El Carballiño tenía la posesión y el Ourense el dominio. Dominio porque no pasaba agobios y daba sensación de poder cerrar en cual quier momento. Rezende la tuvo. Asequible hasta para el más romo. La que falla el más dotado.

Colmenero se la jugó a todo o nada con el portero jugador y con siete minutos todavía por jugar. La valentía tuvo recompensa. Más aún cuando con el empate siguió con la misma estrategia. Era cuestión de tiempo. Antucho y otra vez Carracedo mataron el partido, hicieron enloquecer a la grada y confirmaron la fe y la ambición de un equipo con recursos, juego, hambre y mérito.

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