Erre que erre el Barbadás (2-1)

Gabri, del Barbadás, disputa un balón con un jugador del Pontevedra ayer en Os Carrís (MARTIÑO PINAL).
photo_camera Gabri, del Barbadás, disputa un balón con un jugador del Pontevedra ayer en Os Carrís (MARTIÑO PINAL).
Los ourensanos remontan en diez minutos de la segunda parte un partido que jugaron casi entero con uno menos

Remontada exprés en el campo de Os Carrís, el Barbadás sacó adelante un partido de diez contra once. No se había llegado al minuto cinco y Collegari, uno de los centrales, marchaba cabizbajo camino del banquillo. Expulsión, blocaje a un rival siendo el último defensor. Discutible, el caso es que en ningún momento se percibió el diferente número de futbolistas, en un arreón en el segundo tiempo le dieron la vuelta al resultado los ourensanos, que rebasan al Pontevedra en el sprint final.

El arranque fue frenético, al minuto de juego ya había cabeceado Cheri sobre el portal pontevedrés. En éstas que allá por el cuatro, Samuel sale vencedor del forcejeo con Collegari y acto seguido rueda por el suelo. Primer contratiempo, de los gordos además. Movió ficha Agustín Ruiz, que colocó a Toño como improvisado central. No le gustó, al cuarto de hora sacrificó a Cheri para dar entrada a Coello. Nada más tocó.

Pasaban los minutos y apenas se notaba qué equipo jugaba con uno más, el Barbadás, empujado como nunca desde la grada, iba e iba. En una de las llegadas, Iván, el guardameta, le sacó el gol a José Ramón cuando iba a empalar.

A la media hora si metieron miedo los granates, el excelso control de Raúl Diz acabó con una asistencia que era gol o gol para Alexandre. Pues no lo fue, cruzó tanto que se le fue a un dedo del poste. Sí acertó en el 34, ganó la pelea con Manu Blanco y desde la frontal embocó. El 0-1.

Fue volver del descanso y pegarle a la pelota Toño, obligando al portero a sacarla por encima del larguero. Fue como un ‘ahí seguimos’. Diez minutos jugados y el ‘espíritu del Bernabéu’ se posó en Barbadás, diez minutos eléctricos que a la postre decidieron el partido. Primero fue Ismael, en el 55, que hizo de un despeje de Nespereira una ocasión de gol. Pinchó el balón como un grande y rápidamente mandó un pase a la red, ante un guardameta que ni se lo esperaba ni se lo creía. En pleno subidón, José Ramón mandó a la red una pelota puesta por Toño. Anulado, el árbitro pitó que la pelota había sobrepasado la línea de fondo. No lo hizo en el 66, pared entre Toño y Soares que transforma el primero como Dios manda. 2-1, victoria, con diez.

Se le vino el mundo encima al Pontevedra, que con todo tenía media hora por delante para arreglar el desaguisado. No fue capaz, todo lo que fabricó fue un cabezazo de Pablo Arnosis a raíz de una falta lateral que devolvió el travesaño, presto para decir que no, que la victoria no se le iba a escapar al equipo que tanto la había perseguido.

Borja dominó desde su mucha altura las últimas intentonas visitantes, todos centros a los que el guardameta respondió con aplomo. Hubo tiempo aún para una segunda expulsión, la de Iago Varela, pero no quedaba tiempo ya para seguir sufriendo.

Terceros caminan los ourensanos, a tiro de piedra del segundo, el Gran Peña. Vilalonga, el campo de San Pedro, próxima estación.

  • Un gol a última hora acaba con el Verín frente al Gran Peña (0-1)
  • El Nogueira vuelve a creer gracias a un festival de goles (4-1)
  • El Polígono suspira porque se acabe lo que es una tortura (6-1)

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