Diego Seoane Pérez, futbolista ourensano perteneciente al Deportivo de A Coruña

Entre las estrellas a los 21

Diego Seoane conduce el balón ante el otro ourensano de la Liga de las estrellas, Borja Fernández, en el debut del primero en el estadio de Riazor.
Su tío Carlos fichó por las categorías base del Atlético de , aunque no llegó a debutar, su padre jugó en equipos como el Arenteiro o en el Ourense B, y su hermano Jorge milita en la actualidad en el Melias. Con estos precedentes parece claro que lo de Diego Seoane sería el fútbol.
Formado en las categorías base del Pabellón, muy pronto comenzó a despuntar. Su primer contacto con los equipos 'grandes' llegó en su segundo año de alevín, cuando disputó con el Celta el Torneo de Brunete: 'Llegamos c cuartos de final y nos eliminó el Barça. Fue una bonita experiencia', subraya Diego Seoane, que continuó en la disciplina pabellonista cuatro temporadas más.

Mayo de 2004, Torneo cadete del Pabellón. En el Madrid despuntan Mata y Adrián González, hijo de Míchel. En el Pabellón, que consigue empatar con el Athletic y el Valencia despunta un interior, Diego Seoane: 'Mi padre ya sabía que el Deportivo me quería fichar. Me lo contó al final, y me quedé con la cara a cuadros. Una vez decidida mi marcha, los más cercanos me aconsejaron que estuviese tranquilo, que hiciese lo que sabía, jugar bien al fútbol. ¿Mi llegada? Fue muy complicada. Llegué a la residencia, dejé las bolsas en la habitación y mi intención era cogerlas y darme la vuelta. Al día siguiente me puse a entrenar y se me olvidó todo'. Tenía 15 años.

Diego Seoane iniciaba su etapa como juvenil en el equipo de Liga nacional, pero sólo jugó 10 partidos, pues a partir de ese momento ya sólo participó en el de División de honor. Allí estuvo tres temporadas y en su primer año como sénior el Deportivo decidió cederlo al Ciudad de Santiago: 'El Fabril había logrado el ascenso a Segunda B y los técnicos querían mantener el bloque. A mí me vino perfecto jugar en Tercera en Santiago ese año. Logramos el ascenso y regresé a Coruña. Jugué con el Fabril en Segunda B y la verdad es que para el equipo no fue un gran año pero en lo personal no me fue mal, incluso fui convocado con el primer equipo para jugar ante el Racing de Santander', añade Seoane.

Esa convocatoria fue un presagio de lo que sucedería meses después. El brasileño Filipe Luis se lesionó y a Diego Seoane le llegó su oportunidad, y lo haría por la puerta grande, jugando los 90 minutos en la vuelta de la eliminatoria de cuartos de final de la Copa del Rey en Sevilla. 'La víspera del partido, mi entrenador, Tito Ramallo, me llamó a mí y a varios compañeros más para decirnos que Lotina nos iba a convocar, y alguno con opciones incluso de ser titular. No me lo podía imaginar, no sabía dónde meterme. El día del partido fue un día loco, estaba en una nube pero tan pronto comenzó el partido me olvidé de todo y traté de hacerlo lo mejor posible, y quedé contento'.

Aquel 27 de enero quedará grabado en la memoria de un Diego Seoane que tuvo que lidiar en la primera mitad con Diego Capel y en la segunda con el internacional Jesús Navas, del que asegura 'es eléctrico, y además con calidad y verticalidad'.

Victoria por 0-1, pero insuficiente para remontar el 0-3 de la ida en Riazor. Sus mayores apoyos ese día fueron 'Valerón, que es buenísimo, no sólo futbolísticamente, si no como persona, así como Colotto y Zé Castro'.

Debut con el primer equipo en Copa, pero faltaba otra guinda, el debut en la Liga de las estrellas, y eso llegó el 20 de marzo, en un Deportivo-Valladolid en el que coincidió con otro ourensano, Borja Fernández: 'Debutar en Liga en Riazor fue increíble, lo único malo fue la derrota', señaló.

Seoane termina contrato en junio pero el ourensano se muestra 'muy tranquilo, yo debo limitarme a seguir trabajando igual que hasta ahora, aunque está claro, una vez que llegas, quieres seguir, optar a lo máximo. ¿La Champions? -sonríe-. Ojalá, por qué no'.

De su etapa en el Pabellón guarda 'muy gratos recuerdos, en la etapa de base lo aprendes todo, y la verdad es que en el Pabellón aprendí mucho de todos mis entrenadores, con los que mantengo contacto casi semanal y a los que le cuento cómo me van las cosas'.

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