'No son los puntos frente al Ourense con los que contábamos a principio de temporada', señala Lama, técnico del Areas, próximo rival rojillo

'Tenemos objetivos distintos'

Los jugadores del Cultural Areas, atentos a un balón ante el Verín.
El C.D. Ourense se mide este domingo -17,00 horas en A Lomba- al Cultural Areas, conjunto que transita en la zona media de la tabla y que parece sufrir un pequeño bajón de juego y resultados en los últimos encuentros. Las cuatro expulsiones sufridas en los últimos tres partidos, junto con la lesión de larga duración de su delantero centro, David Domínguez, parecen estarle pasando factura.
Serapio Lama, entrenador de los pontevedreses, apunta que 'estamos pendientes de recuperar a Fonseca, que tiene un hombro dislocado, pero no podremos contar con Ministro ni Bugallo, ambos expulsados en el último partido, ni tampoco con el portero titular, Xan'. El sustituto, Samuel, es un joven de 20 años que todavía necesita adquirir experiencia.

'Va a ser difícil -reconoce Lama-, pero plantaremos cara e intentaremos hacer el mayor daño posible'.
Por unas cosas o por otras está siendo mermado el equipo', sentencia el técnico del Cultural Areas, que con respecto a su próximo rival, el Ourense, apunta: 'Era normal que recuperara el tono, para mí era el equipo a batir en la categoría, incluso por encima del Deportivo B'. 'No creo que caigan en el exceso de confianza porque quedan pocos puntos en juego y todos les valen tanto a ellos como a nosotros, cada cual con su objetivo, que son bien distintos', explica Serapio Lamas.

'De todas formas, no son los puntos del Ourense con los que contábamos a principio de temporada. Supongo que ellos se juegan más que nosotros en este encuentro', avisa el técnico de los de Areas.

En todo caso, algo quedó claro en el José Arjiz, y es que el Areas, con todas su bajas y sus problemas para marcar de las últimas jornadas, es un equipo que defiende bien, y más en su campo de A Lomba, donde sabe sacar el máximo rendimiento de las condiciones del terreno de juego. El exceso de confianza puede pasar factura.

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