Miguel González y Rubén Viera son las claves en la sombra de un COB que ha completado ya la primera semana de pretemporada

Trigo limpio en el banquillo

Son aire fresco, trigo limpio en un COB que giró de rumbo desde hace algunas temporadas y que apostó por ellos la pasada para ourensanizar el cuerpo técnico.
El anterior entrenador y el exdirector deportivo fueron sus valedores. Con una elegancia impecable elogian su rendimiento pero no pueden evitar considerar clave la llegada de Rafa Sanz para explicar el éxito deportivo del proyecto.
Miguel González es el complemento de Sanz. 'Nos está enseñando lo que es ser un profesional, su método de trabajo, y además confía mucho en el trabajo en equipo'. Rubén Vieira es el preparador físico: 'Ahora estamos en una fase en la que tenemos que crear una buena base física, controlar las cargas, hacer un trabajo de prevención de lesiones...'.
Sanz no admite la relajación. Trabaja más horas que nadie. Sus ayudantes están 'con él a muerte' pero además lo hacen por devoción. Disfrutan trabajando. 'No consigues desconectar nunca. Tuve dos semanas de vacaciones y seguía pensando en el equipo. Este verano veía siete horas de vídeo al día analizando jugadores', explica Miguel González.
Vieira también tiene el veneno del baloncesto en la sangre: 'Me fui nueve días de vacaciones con mi novia a Mexico y me escapaba cuando podía a internet a ver qué ponían del club'.
Escuchándolos se notan las ganas que tienen por seguir avanzando en sus carreras deportivas. Transmiten ilusión, hambre. 'Era mi ilusión llegar a un equipo profesional, pero no pensaba en cuándo hacerlo, si no que lo más importante era estar preparado para cuando llegara la oportunidad', explica González. Lo está y su 'jefe' lo sabe. Confía en él. 'Mi novia sabe que esto es un sueño para mí. Sabe que salgo de casa a las siete de la mañana y que vuelvo a las diez y media de la noche', remarca.
Vieira ha mamado baloncesto desde pequeño. Asiduo en la grada y en las canchas. Ahora ha propagado la afición por el COB hasta Celanova, donde se ha creado la peña 'La concha del Vieira'. 'Ahora hay un interés allí que quizá antes no había', explica.
Son un buen espejo en el que mirarse, uno de los mejores avales que tiene el deporte ourensano, la cantera de entrenadores. Muchos, buenos y preparados tanto en la provincia como en el exilio.
Caras reconocibles de un proyecto encabezado por 'gente que se desvive por el club. Son directivos que están ahí porque quieren y que no buscan nada más', asegura el técnico celanovés.
Su colega tiene claro por donde pasa que el final de temporada sea igual de ilusionante que resulta el inicio: 'Lo más importante es el trabajo diario y basado en la mejora individual de los jugadores. Exigir lo máximo cada día. Gente que quiere y puede mejorar'.
Ellos predican con el ejemplo. Valores seguros para su club. La temporada 2012-13 pide paso.

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