En su debut oficial en la máxima categoría del fútbol provincial fue capaz de remontar un 0-1 y derrotar al potente Ribeiro en Barreiriños
El Xunquiera de Ambía recordará por mucho tiempo que la tarde del 4 de septiembre de 2016 debutó en la Primera Galicia y lo hizo con una laboriosa victoria ante el Ribeiro por 2-1.
De antemano sabía su entrenador, Rubén Seara, que su huésped era un rival de mucha entidad y tal vez por eso buscó durante la primera parte intentar frenar su potencial ofensivo.
El Ribeiro tomó el mando a partir de la movilidad de Alex Vieitez que encontró en Toti el socio ideal para explotar la velocidad de un Roberto que tuvo a maltraer hasta sacar de las casillas al lateral Chepas.
El primer aviso lo dio Toti, una de las perlas de la cantera visitante, que cogió un balón largo a espaldas de los centrales pero su disparo se estrelló en el pecho del veterano Luis María y el posterior rechace lo remató desviado.
Era tan sofocante el calor que mediada la primera mitad el árbitro dio unos minutos para que todos se refrescaran.
A poco de reanudarse el encuentro llegaría el 0-1. Una explosiva galopada de Roberto que nadie pudo frenar y al internarse al área colocó un perfecto pase atrás que Toti se encargó de rematar colocando el balón junto al palo derecho.
El Xunqueira estaba tocado, pero no herido de muerte al punto que gozó de una posibilidad nítida para empatar. Gavilanes le bajó de cabeza un balón dentro del área a Anxo, cuyo remate se desvió milagrosamente al córner cuando Pablo ya estaba casi vencido.
Pero el Ribeiro respondió de inmediato por medio de un zurdazo de Jhonny que Luis María se encargó de desviar a la esquina.
La geografía de la segunda mitad cambió radicalmente y seguramente las palabras del técnico local hicieron reavivar el espíritu guerrero que caracterizó al Xunquiera para dar este salto histórico.
Apenas habían transcurrido dos minutos y apareció la magia de Luis que con un sutil taconazos dejó a Anxo de cara a la portería y dentro del área ajustició a Pablo para poner las cosas 1-1.
Este gol le insufló más energía a los locales que no renunciaron a seguir inquietando la portería de Pablo que más tarde despejaría un tiro de Luis y otro posterior de Alberto hasta que el tercer intento en los pies de Manu acabó en un saque de esquina. El Ribeiro había perdido el norte y para colmo se quedaba sin uno de sus ejes, Alex Vieitez, que se marchaba tocado.
En otra de las sutilezas que regaló Luis, el media punta con una rabona habilitó a Anxo que se filtró entre los centrales pero su remate final se marchó desviado.
El Xunqueira leyó mucho mejor el partido, porque supo maniatar mejor a los atacantes del Ribeiro que acabaron desquiciados por la labor arbitral. Roberto ya no le ganaba el uno contra uno a Chepas y Jhonny era siempre presa de una asfixiante marca como también lo padeció su compañero Toti.
Entrar y besar el santo
No habían pasado ni 180 segundos desde que Rubén Seara metiese en el campo a Aviñoá y el debutante en la categoría respondió con el gol de la victoria. En un saque de esquina ejecutado por Alberto entró por el segundo palo y se elevó entre varias camisetas amarillas para meter un cabezazo que se coló junto a la base del palo izquierdo ante la desesperación de Pablo, que no lo pudo impedir. Era el 2-1.
El Ribeiro, con más corazón que ideas, no fue capaz de impedir una derrota dolorosa, que no entraba en sus cálculos previos. Ni siquiera Jairo estuvo fino para lograr el empate tras recibir de Roberto.
El Xunqueira tenía la victoria en la mochila. Con un planteamiento humilde y sabiendo reaccionar a tiempo fue capaz de dar la primera gran sorpresa de la liga.
