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El Celta sentencia al Granada en la primera parte (3-1)

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photo_camera El defensa del Celta de Vigo Andreu Fontàs (i) y el defensa francés del Granada Dimitri Foulquie

Un gol de Iago Aspas mediado el primer tiempo empujó al Celta de Vigo a reencontrase con la victoria frente al Granada, en un duelo que sirvió para que los celestes se inyectaran de moral tras el mazazo europeo ante el Standard de Lieja

Un gol de Iago Aspas mediado el primer tiempo empujó al Celta de Vigo a reencontrase con la victoria frente al Granada, en un duelo que sirvió para que los celestes se inyectaran de moral tras el mazazo europeo ante el Standard de Lieja y para destapar las carencias de los de Lucas Alcaraz, al que le queda mucho trabajo para sacar a su equipo de la zona de descenso.

El guión del partido fue el esperado. El Granada, con dos líneas muy juntas, cedió el balón a su rival para intentar dañarle al contraataque pero sólo con un disparo cruzado del ucraniano Artem Kravets amenazó a Rubén Blanco en todo el primer tiempo. Un pobre balance que justifica por qué sigue sin ganar en esta Liga.

Cierto es que el Celta tampoco generó peligro hasta que Verza le regaló el primer gol a Iago Aspas, pero eso no debe servir de consuelo para un Granada que ni cuando se vio 2-0 estiró sus líneas. Se lo jugó todo a su planteamiento defensivo y le salió mal porque cada error lo penalizó.

Wass rozó el segundo poco después de marcar Aspas pero Ochoa lo evitó en el mano a mano. Respiró el Granada pero apenas diez minutos, pues al filo del descanso Theo Bongonda, tras asociarse con Aspas, consiguió el gol de la tranquilidad para el Celta.

En el segundo tiempo el partido se niveló, aunque quizás más porque los locales bajaron una marcha que por el empuje nazarí. El Celta se dedicó a jugar con el resultado. E incluso dispuso de ocasiones para aumentar su ventaja: con una vaselina de Iago Aspas, con un cabezazo de Cabral y con un tiro del serbio Radoja.

El Celta se sentía superior pero cerca estuvo de llevarse un susto después de que su rival, al que los cambios le dieron otro aire, armara un rápido contraataque que culmino Kravets con un disparo que se marchó rozando el poste. El partido parecía sentenciado pero un resbalón de Cabral a falta de cuatro minutos para el final dio opciones al Granada, después de Kravets superase a Rubén Blanco. En el descuento Pape Cheikh acabó con el sueño nazarí.

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