El tenista mallorquín cometió errores en momentos puntuales y no pudo con el sólido jugador serbio que ya es el nuevo número uno del mundo

Djokovic se reafirma ante Nadal

Novak Djokovic celebra su victoria tirado en el suelo en el partido final contra Rafael Nadal. (Foto: GEOFF CADDICK)
El serbio Novak Djokovic ganó por primera vez el torneo de Wimbledon y su tercer título de Grand Slam al imponerse al español Rafael Nadal por 6-4, 6-1, 1-6 y 6-3 en la final, dos días después de asegurarse el puesto de número uno del mundo y desbancar también de ese privilegio al español. El balcánico necesitó casi dos horas y media de duelo para derrotar al mallorquín, defensor del título, que no vivió ayer sus mejores momentos en la pista al verse afectado en varias ocasiones decisivas por sus propios errores.
Entre alabanzas sin control para el isleño, que recibe varios 'I love you, Rafa', y la entrega absoluta de los británicos a Djokovic, que no perdonan a Nadal por haber eliminado a su querido Murray, los dos contrincantes iban dando rienda suelta en el primer set a sus mejores armas. Lo difícil para ambos era encontrar la forma de atacar al adversario, de hacerle daño ahí donde más flojeara. Había que ser paciente y Djokovic lo fue.

Llegado el décimo juego, con el 30-30 en el marcador y el saque para Nadal, los dos grandes del momento se medían el pulso en un agresivo peloteo y Rafa erró. Dejó la bola clavada en la red y dio el 30-40 a su adversario. Aún es más: Nadal regaló el punto de rotura a Djokovic enviando su bola fuera del cuadrante.

La ventaja numérica otorgó al balcánico una confianza extra que lo impulsó rápidamente para imponerse en el segundo set. Rompió el servicio del español en las dos primeras ocasiones que dispuso. El serbio no perdonaba. Se escurría por cada rincón del terreno. Sus bolas eran puro veneno para el español, que viendo la paliza que le estaba dando el rival en ese segundo parcial decidió esperar, guardar fuerzas y reponerse en la tercera manga. 'Nola' había cerrado el segundo set en 33 minutos con un demoledor 6-1.

El tercer set fue de dominio absoluto de Nadal: rompió el servicio de 'Nola' en el segundo juego, se lo volvió a anular en el sexto y firmó dos plenos en el tercer y séptimo juego. Fueron los únicos instantes de gloria para Rafa, al que algunos seguidores calificaban de 'fenómeno' cuando irrumpían a gritos entre punto y punto.

Nadal jugó, a ratos, con un servicio apabullante, que rozaba en muchos casos los 200 kilómetros por hora, pero sus despistes en los momentos cruciales, poco habituales en su juego, costaron muy caro al de Manacor. Y es que, para sorpresa de todos, Nadal dejó escapar dos bolas de 'break' consecutivas. Fue ahí donde acabó la esperanza del español, que padeció la efectividad y el gran acierto de Djokovic.

Djokovic le condenó con una rotura justo después de haber dejado escapar su mejor opción. Nadal le devolvió el 'break', pero para entonces estaba ya debilitado. Djokovic tuvo que aguantar al octavo juego de ese parcial para sentenciar al dos veces campeón del torneo, que llegó a salvar una bola de partido, pero no pudo con la siguiente.

El tenista serbio ratificó su nuevo reinado inscribiendo su nombre en la 'catedral' del tenis.

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