La selección española, formada por una veintena de deportistas, seis más que en Doha 2010, cerró los Mundiales de atletismo en pista cubierta de Estambul con cuatro finalistas y ninguna medalla, igualando su peor resultado en la historia de los campeonatos.
Jackson Quiñónez, el único español en competición individual en la clausura, se despidió desde el último puesto en la primera semifinal de 60 vallas con una de sus peores marcas del año (7.82), y el relevo 4x400 llegó quinto.
Desde la edición de París 1997 no había tenido España una cosecha tan pobre en Mundiales bajo techo, y por tercera vez, como en aquella ocasión y en Budapest 2004, no aparece en el podio.
Desde la edición de París 1997 no había tenido España una cosecha tan pobre en Mundiales bajo techo, y por tercera vez, como en aquella ocasión y en Budapest 2004, no aparece en el podio.
