Novacaixagalicia pasará a la historia por ser la caja de ahorros con menos tiempo de vida de la historia del sistema financiero, sólo nueve meses. Empezó a operar el pasado 1 de diciembre y lo hará hasta agosto pues en septiembre está previsto que empiece a funcionar NCG Banco.
A mediados de 2009 Caixanova y Caixa Galicia admitían contactos para una posible alianza. Comenzaban a darse los primeros pasos de la reestructuración del sistema financiero español, muy tocado por la crisis y su gran exposición al sector inmobiliario en la época del boom.
Mayo de 2010. Feijóo juntó sus manos con los máximos responsables de las dos cajas gallegas -Julio Fernández Gayoso, José Luis Pego, Mauro Varela y José Luis Méndez- para anunciar públicamente la fusión de ambas. El presidente de la Xunta mandó un mensaje de que la integración sería paritaria para tranquilizar la guerra de localismos que se había abierto entre el norte y sur de Galicia, con alcaldes, empresarios y partidos políticos como protagonistas. En Vigo, Abel Caballero emprendió una encendida campaña contra la fusión, que tuvo su punto álgido en una multitudinaria manifestación.
Novacaixagalicia arrancó el pasado diciembre con Caixanova pilotando el nacimiento -Gayoso como primer copresidente en ejercer y Pego como director general de la nueva entidad-. La idea es que Caixanova y Caixa Galicia se repartirían la presidencia durante los tres primeros años de transición. A partir de entonces se formaría una nueva cúpula directiva. Ya no hará falta. Novacaixagalicia desaparecerá mucho antes, este verano.
A principios de este año comenzó una segunda fase de la reestructuración del sistema financiero en España. Gobierno y Banco de España se pusieron serios y exigieron a bancos y cajas unos mínimos de capital para cumplir con los niveles de exigencia. El Ejecutivo estableció un 'core capital' del 8 por ciento para entidades que coticen en Bolsa y tengan una exposición a los mercados de financiación mayoristas inferior al 20 por ciento. Para las que no cumplían estos requisitos, las cajas de ahorros, pidió que tuvieran un 'core capital' del 10 por ciento. Entre las entidades que peor estaban se encontraba Novacaixagalicia, que suspendió en solvencia. Su colchón apenas cubría el seis por ciento y necesitaba 2.622 millones para cumplir con los ratios exigidos -el ratio de 'core capital' es el porcentaje entre los fondos que tiene la entidad disponibles inmediatamente y sin riesgos (capital básico, acciones y otras reservas) y el valor de sus activos considerados de riesgo-.
La caja gallega presentó al Banco de España una propuesta para captar capital consistente en una fórmula mixta, con capital privado y público (por parte del FROB).
El consejo de administración de Novacaixagalicia dio el paso definitivo de fin de la caja esta semana, con la aprobación de la creación de NCG Banco y la entrada de José María Castellano -exvicepresidente de Inditex y presidente de ONO- como presidente ejecutivo. El empresario coruñés liderará un grupo de inversores con el que prevé inyectar al banco unos 500 millones de euros, mientras que el FROB aportará algo más de 1.000. El resto -hasta los 2.600- saldrá de la venta de participaciones empresariales que está llevando a cabo Novacaixagalicia.
Mayo de 2010. Feijóo juntó sus manos con los máximos responsables de las dos cajas gallegas -Julio Fernández Gayoso, José Luis Pego, Mauro Varela y José Luis Méndez- para anunciar públicamente la fusión de ambas. El presidente de la Xunta mandó un mensaje de que la integración sería paritaria para tranquilizar la guerra de localismos que se había abierto entre el norte y sur de Galicia, con alcaldes, empresarios y partidos políticos como protagonistas. En Vigo, Abel Caballero emprendió una encendida campaña contra la fusión, que tuvo su punto álgido en una multitudinaria manifestación.
Novacaixagalicia arrancó el pasado diciembre con Caixanova pilotando el nacimiento -Gayoso como primer copresidente en ejercer y Pego como director general de la nueva entidad-. La idea es que Caixanova y Caixa Galicia se repartirían la presidencia durante los tres primeros años de transición. A partir de entonces se formaría una nueva cúpula directiva. Ya no hará falta. Novacaixagalicia desaparecerá mucho antes, este verano.
A principios de este año comenzó una segunda fase de la reestructuración del sistema financiero en España. Gobierno y Banco de España se pusieron serios y exigieron a bancos y cajas unos mínimos de capital para cumplir con los niveles de exigencia. El Ejecutivo estableció un 'core capital' del 8 por ciento para entidades que coticen en Bolsa y tengan una exposición a los mercados de financiación mayoristas inferior al 20 por ciento. Para las que no cumplían estos requisitos, las cajas de ahorros, pidió que tuvieran un 'core capital' del 10 por ciento. Entre las entidades que peor estaban se encontraba Novacaixagalicia, que suspendió en solvencia. Su colchón apenas cubría el seis por ciento y necesitaba 2.622 millones para cumplir con los ratios exigidos -el ratio de 'core capital' es el porcentaje entre los fondos que tiene la entidad disponibles inmediatamente y sin riesgos (capital básico, acciones y otras reservas) y el valor de sus activos considerados de riesgo-.
La caja gallega presentó al Banco de España una propuesta para captar capital consistente en una fórmula mixta, con capital privado y público (por parte del FROB).
El consejo de administración de Novacaixagalicia dio el paso definitivo de fin de la caja esta semana, con la aprobación de la creación de NCG Banco y la entrada de José María Castellano -exvicepresidente de Inditex y presidente de ONO- como presidente ejecutivo. El empresario coruñés liderará un grupo de inversores con el que prevé inyectar al banco unos 500 millones de euros, mientras que el FROB aportará algo más de 1.000. El resto -hasta los 2.600- saldrá de la venta de participaciones empresariales que está llevando a cabo Novacaixagalicia.
