El Gobierno tiene intención de analizar con calma y prudencia la conveniencia de solicitar ayuda a los fondos de rescate europeos y no dará ningún paso hasta debatir este asunto la próxima semana con sus socios europeos en las reuniones del Eurogrupo y el Ecofin de los días 14 y 15.
Además del encuentro de los ministros de finanzas de la eurozona y de la UE, el Ejecutivo también esperará a conocer la decisión que el Tribunal Constitucional de Alemania tome el día 12 con respecto al Mecanismo Europeo de Estabilización (MEDE), el fondo de rescate permanente.
Así lo anunció, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, quien advirtió que 'se abre un periodo de reflexión para el que se necesita contar con todos los elementos de juicio, de los que aún no disponemos'.
El BCE condicionó la puesta en marcha del plan de compra de deuda a que se solicite la ayuda de los fondos de rescate europeos, lo que no tiene por qué suponer la petición de un rescate completo -como Grecia, Portugal e Irlanda- sino que puede ser una línea de crédito preventiva, con condiciones y procedimientos más laxos.
Esta es la opción que podría sopesar el Ejecutivo, si bien Santamaría, insistió en que una decisión así no puede tomarse 'ni a bote pronto ni de la noche a la mañana'.
Por su parte, el representante alemán en el comité ejecutivo del instituto emisor, Jörg Asmussen, dijo que únicamente se comprará bonos soberanos a países sujetos a 'duras condiciones para acometer reformas'.
Asimismo, el presidente francés, François Hollande, dijo que la intervención 'no dispensa' a los países de asumir los esfuerzos necesarios para ordenar sus cuentas.
En Viena, la canciller alemana, Angela Merkel, dejó claro que 'el condicionamiento será un elemento esencial' del plan del BCE y que no se darán ayudas sin el correspondiente control y garantías.
Así lo anunció, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, quien advirtió que 'se abre un periodo de reflexión para el que se necesita contar con todos los elementos de juicio, de los que aún no disponemos'.
El BCE condicionó la puesta en marcha del plan de compra de deuda a que se solicite la ayuda de los fondos de rescate europeos, lo que no tiene por qué suponer la petición de un rescate completo -como Grecia, Portugal e Irlanda- sino que puede ser una línea de crédito preventiva, con condiciones y procedimientos más laxos.
Esta es la opción que podría sopesar el Ejecutivo, si bien Santamaría, insistió en que una decisión así no puede tomarse 'ni a bote pronto ni de la noche a la mañana'.
Por su parte, el representante alemán en el comité ejecutivo del instituto emisor, Jörg Asmussen, dijo que únicamente se comprará bonos soberanos a países sujetos a 'duras condiciones para acometer reformas'.
Asimismo, el presidente francés, François Hollande, dijo que la intervención 'no dispensa' a los países de asumir los esfuerzos necesarios para ordenar sus cuentas.
En Viena, la canciller alemana, Angela Merkel, dejó claro que 'el condicionamiento será un elemento esencial' del plan del BCE y que no se darán ayudas sin el correspondiente control y garantías.
