La reunión del FMI acaba sin consenso para lograr solucionar la guerra divisas

La asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) concluyó ayer en Washington con muchas promesas y falta de consenso más allá del llamamiento a la cooperación para solucionar problemas como la guerra cambiaria. El ministro de Finanzas brasileño, Guido Mantega, dejó claro durante la reunión que lo que impera ahora en un mundo dividido entre países emergentes fuertes y desarrollados débiles es la máxima del 'sálvese quien pueda'.
No es de extrañar que con ese espíritu queden pendientes de solución los temas más calientes en la agenda macroeconómica mundial al igual que queda abierta la reforma en el propio seno del FMI para dar más voz en el organismo a los países emergentes.


VULNERABILIDAD

El comunicado final del encuentro de ayer destaca, entre las tendencias más preocupantes, las tensiones y la vulnerabilidad en la economía global originada por unos flujos de capital volátiles, las fluctuaciones en los mercados cambiarios y el creciente volumen de reservas en algunos países.

Con esa coyuntura como telón de fondo, los 187 países miembro del FMI respaldaron ayer una 'acción urgente' para aumentar el papel de supervisión del Fondo sobre aquellas políticas macroeconómicas que puedan plantear una amenaza a la estabilidad. 'Es necesario actuar de forma urgente para reforzar el papel de la institución y su eficacia como un organismo global de supervisión macro-financiera y colaboración', destaca el comunicado emitido por el Fondo Monetario Internacional.

Te puede interesar