Viana do Bolo celebró su Domingo Gordo por todo lo alto. Desde las 11,30 de la mañana las calles abarrotadas esperaban el inicio del desfile de fuliones. O Tameirón era el encargado de abrir el desfile que se extendió hasta bien entrada la tarde. Seguidos de ellos, Grixoa, Fornelos de Filloás, Cabo da Vila, Bembibre, Quintela do Pando, Quintela de Edroso, As Carrelas, Santa Mariña, Punxeiro, Penouta, Fornelos de Cova, Buxán, Vilariño, A Veiga, Mormentelos, Petín, Os Labregos, Vilarmeao, Fradelo y el Alternativo.
El sonido atronador de los bombos, acompañado de la figura de los boteiros, acaparaban las miradas de todos aquellos que esperaban con ansia el recorrido hasta la Plaza Mayor. Tras su finalización, la LI Festa da Androlla reinaba en el municipio. Aquellos que compraron la entrada degustaban el producto en el pabellón mientras que los miembros de las agrupaciones participantes lo hacían en el lugar conocido como “Campo da Feira”.
Con un menú elaborado a partir de consomé, lacón, chorizo, patata, androlla, grelos, cordero, ensalada y bica, los asistentes se sentaron a la mesa para disfrutar de una de las fiestas gastronómicas más antiguas de Galicia.
La tarde continuó con un desfile de fuliones que se congregaron nuevamente por las calles del lugar para dar paso a la música de una charanga en un día de celebración para Viana do Bolo.
El Entroido continuará en el municipio los próximos días con una jornada dedicada a los pequeños y la tradicional quema del lardeiro el martes de carnaval. Se extenderá hasta el “miércoles de ceniza”, día en el que se despedirá hasta un año después con el entierro de la sardina en el barrio más representativo, el Cabo da Vila.
