Verín ya está de lleno en la fiesta del Entroido. Los cigarrones cumplieron un año más con la tradición, como cada Domingo Corredoiro, de saludar a los vecinos tras finalizar la misa en la iglesia parroquial, en la calle Mayor, y en la de la Merced, situada en la plaza con el mismo nombre.
El tradicional saludo consistió en hacer sonar la "chocas" y un pequeño latigazo a cada uno de los feligreses, con el que les recordaban que los cigarrones son los encargados de mantener el orden en la villa durante la celebración de Don Carnal.
Para cumplir con esta tradición, los cigarrones se concentraron a media mañana a lo largo de la avenida de Portugal para, acto seguido, enfilar hacia la avenida de Luis Espada y el barrio de San Lázaro, desde donde partieron para ocupar posiciones en las puertas de los templos religiosos.
El desfile fue seguido por numeroso público, buena parte luciendo ya todo tipo de disfraces, como preludio de los días que se avecinan.
Los verinense ya se percibía ayer que esperaban ansiosos a Don Carnal y buena prueba de ello fue horas más tarde el pregón de Miguel Angel Prieto, que abarrotó de público la Praza Maior.
Las charangas Los Támega, Tómalle Outra y Noroeste se encargaron de animar las calles, principal escenario de la fiesta en la villa.
A medida que avanzó la jornada también hizo acto de presencia la harina, otro de los elementos característica del Entroido de Verín. Por la noche, hubo baile de mascaritas, que se prolongó hasta las altas horas de la madrugada.
La villa será el próximo jueves de nuevo referencia del Entroido con el Xoves de Comadres.