Un Entroido que está para comérselo

Abran paso que el entroido 2015 ha llegado; tomen asiento y disfruten, la mejor época para comer abre su veda. La celebración del entroido supone muchas caras y variantes en Ourense.

Los relojes a cero, la cuenta comienza; el tiempo se ha extinguido y la celebración por antonomasia de la provincia se halla en su cenit, en pleno apogeo orgiástico. Abran paso que el entroido 2015 ha llegado; tomen asiento y disfruten, la mejor época para comer abre su veda. La celebración del entroido supone muchas caras y variantes en Ourense. Metiendo de por medio a la geometría, hay quien lo identifica principalmente con un triángulo. En atención a su poliédrica exhibición, sería mas apropiado ampliar el polígono; aun así sería injusta cualquier pretensión: se sitúa incluso mas allá del dodecaedro. El único punto en que todos los vértices de la celebración confluyen pasa por la mesa: sin importar cómo se celebre, cómo se baile, o que ritual se lleve a cabo, la comida final supone la regla inquebrantable en todas las ocasiones. Igualmente variopinta, la jornada ante el plato presenta una gran variedad. Tiene usted para escoger de entre un amplio abanico. Eso sí, no mire ahora, coma primero; mientras, vamos a ir contando por usted, una a una, las calorías de cadamenú. Tras hacer una pausa en la comida y culminar de leer, tal vez se lo piense a la hora de repetir plato.

APORTE CALÓRICO

La estrella, el cocido, no tiene parangón, ni a la hora de degustarlo, ni a la hora de quemarlo. La cantidad diaria de calorías que una persona suele necesitar supone un rango bastante amplio, que comprende desde las 2.200 hasta las 3.800,según edad, sexo o tipo de actividad. Desde este tamiz, sorprende considerar que una ración de cocido debería bastar para suplir la mitad de las calorías necesarias a lo largo de un día. Una ración de unos 600 gramos aportan aproximadamente unas 1400 calorías.

Un escalafón por debajo se sitúan platos igualmente exquisitos, la androlla, el botelo o la cachucha, cuyos aportes son ligeramente inferiores, pero, aun así, suponen un importante aporte calórico: unas 1100 los dos primeros, y 1000 el segundo. Por último, y no por ello menos sabrosos, se encuentran platos tradicionales que exhiben un aporte mucho mas reducido: el codillo con 635 calorías; el lacón con grelos, 586; y el mas ligero de todos, el cabrito, con 443.

Para quien pueda pensar que aún es poco, considere los prolegómenos de la comida, en los que suelen sumarse primeros platos; además, añada las bebidas, los postres y los licores finales. Guarde la sumadora: una comida de entroido le puede salir por unas 2000 calorías. Es preciso, no obstante, hacer varias matizaciones: en primer lugar, se trata de eventos de carácter episódico y anual (aunque suele tratarse de varios días) que no tienen porque representar la referencia de consumo normalizado. En segundo lugar, hay que considerar que los patrones de actividad se han visto modificados por una sosegada contemporaneidad, en la que la actividad física ha sido relegada al oscuro recuerdo de los remordimientos. No es de extrañar que en una época como el invierno, y con una actividad física extenuante, ligada a oficios agrícolas o de otras industrias que requieren grandes esfuerzos, este tipo de comida copiosa apenas tenga incidencia de renombre en los agujeros de su cinturón.

HAY QUE MOVERSE

En tercer lugar, esta comida no está pensada para gente sosegada. Compruébelo por si mismo: acuda a Viana do bolo o Vilariño de Conso e intégrese en sus colo- ridos fulións durante una jornada; baile al son de Manzaneda y sus mázcaras; acompañe a los felos durante todo su recorrido este fin de semana; corra al ritmo de los Peliqueiros, troteiros o Cigarróns; salte como las Pantallas; o suba la cuesta en As teixugueiras tirando del carro. Eso sí, aúlle como en cada una de estas tierras: no vaya como espectador sino como participante y haga como allí, con sus trajes y máscaras, su actividad febril y su alegría.

Para quemar esas 2000 calorías, le recomendamos bailar siete horas (cada día, sumar no vale), o bien para espíritus mas sosegados, pasear unas diez. Desde este prisma, se comprende ahora cómo es posible enfrentarse a raciones tan generosamente energéticas. ¿La solución? Está claro: pasa por integrarse y vivir la fiesta a plenitud; ser uno mas, y no solo en la mesa, sino antes de llegar a ella y después. bueno, la moderación también ayuda, pero teniendo en cuenta que para muchos la contención de cuaresma se aproxima, quizás sea mejor zambullirse de lleno en el entroido, y que colores, ritmos, sabores y alegrías, nos acompañen a todos. 

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