La ausencia de Zapatero y de Mariano Rajoy hizo que la sesión de control en el Congreso se centrara en Manuel Chaves, duramente criticado por el PP y aplaudido desde los bancos de los socialistas.

Asuntos de familia y de política

El vicepresidente tercero, Manuel Chaves. (Foto: Paco Campos)
Los diputados del PSOE respaldaron ayer al vicepresidente tercero, Manuel Chaves, con un largo aplauso que lededicaron, puestos en pie, ante la nueva sesión de acoso y derribo a la que fue sometido en el Congreso a cuenta de sus hijos, o más bien de sus trabajos, que el PP ve muy sospechosos. No estaba Zapatero en el hemiciclo, debido a su viaje oficial a Asia, ni tampoco Mariano Rajoy, de manera que el mayor interés de la oposición se centraba en los tres vicepresidentes, aunque el debate se caldeó más en las preguntas a Chaves.
'Ustedes se ponen el Estado de Derecho por montera', afeó Chaves al diputado Ricardo Tarno, quien una semana más le pidió que sea 'valiente' y dimita, 'por Andalucía, por España', al considerarle responsable de los últimos escándalos en la Junta.

El interpelante le instó a aclarar los documentos que vinculan a su hijo con el pago de supuestas comisiones de empresas que trataban con la Junta de Andalucía. Además, le obsequió con un lema para su escudo familiar: 'Para el resto de los españoles, la norma; para los suyos, la manga ancha'.

En medio de un bronco debate, salpicado de interrupciones, Chaves afirmó con severidad que todas estas acusaciones tienen su origen en el 'detestable universo moral y político' del PP, que pretende 'condenar a una familia a la muerte civil', llevando a sus hijos al centro del debate político, pese a no ser políticos.

Le aplaudieron los suyos, de pie, con ganas, una escena que algo recordó al diputado Rafael Merino -al que correspondía hacer la siguiente pregunta- posiblemente cuando a Mariano Fernández Bermejo le aclamaban los socialistas como 'torero' poco antes de que dimitiera como ministro de Justicia. Y así, mirando a los socialistas, les advirtió: 'Cada vez que hacen eso, el ministro dimite'. Luego ha arremetido contra el ex presidente de la Junta con nuevas menciones a la 'basura' dialéctica que se ventila cada miércoles en el hemiciclo. 'La basura la ha creado usted', le dijo, y sugirió que los socialistas están 'filtrando' esa inmundicia.

Para responderle, Manuel Chaves no se apeó del tono duro, habló de la 'náusea y vergüenza' que le provoca una 'campaña de difamación' contra él motivada por la proximidad de las elecciones y contratacó recordando que el PP presenta listas electorales cargadas de candidatos imputados y acusados; o sea, el caso Gürtel.

Antes del vicepresidente tercero contestaron a preguntas del PP Alfredo Pérez Rubalcaba y Elena Salgado, ambos sobre la economía.

La portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo al vicepresidente primero que cada vez se parece más al hoy ausente Zapatero, no por faltar a la sesión, sino porque cada vez que dice algo, los datos lo desmienten. Sáenz de Santamaría le regaló una frase que resonó alta en el hemiciclo: 'Zapatero se va, pero los problemas se quedan'. En su respuesta, Rubalcaba recurrió a la ironía para hacerle notar que no le extrañaba que mencionara la 'sucesión', viendo el asiento vacío que tenía hoy a su lado, esto es, el de Rajoy.

Por lo demás, y como la pregunta iba sobre el empeoramiento de la economía, Rubalcaba suplió el optimismo de Zapatero al afirmar que este año habrá crecimiento económico y también creación neta de empleo. Y añadió algo más; si el Gobierno hubiera hecho lo que proponía el PP, aseguró, España ya estaría 'como Portugal'.

A la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, el PP le dirigió tres preguntas.También exhibió optimismo, hasta para la tasa anual de inflación, que según ella bajará a partir de julio.Luisa Fernanda Rudi le reprochó que su política haya 'empobrecido' a España y Cristóbal Montoro le recordó que con una crisis 'mundial' en 2002 el PP creó 500.000 empleos.

Salgado echó en cara a los 'populares' su falta de apoyo ante la crisis hasta el punto de afirmar que hubieran querido que no saliera adelante el plan de ajuste de mayo de 2010 para que así cayera el Ejecutivo socialista.

El 'caso Faisán', que cada semana lleva al hemiciclo Ignacio Gil Lázaro, quedó desdibujado al fondo de la sesión, con una pregunta no a Rubalcaba, sino al ministro de Justicia, Francisco Caamaño, para quien el diputado del PP ya es una 'repetición cansina de sí mismo'.

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