La presencia de dirigentes de Bildu y de familiares de presos de ETA centró la atención informativa en el inicio de las fiestas de Vitoria ayer.
A las seis de la tarde se lanzó el chupinazo desde la balconada de la iglesia de San Miguel, abarrotada de numerosas personalidades de la vida política, social y cultural. La atención de los periodistas y políticos en el inicio de las primeras fiestas de las capitales vascas estuvo centrada desde un primer momento en el diputado general de Guipúzcoa, Martín Garitano, y el alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, que llegaron junto con dos representantes de Etxerat, la asociación de familiares de presos de ETA.
Todos fueron invitados por el grupo municipal de Bildu en el ayuntamiento de Vitoria, lo que provocó críticas de otros partidos.
La Junta de Portavoces del consistorio vitoriano en pleno, incluida la coalición abertzale, se había comprometido a utilizar este acto para fines estrictamente festivos.
Garitano rechazó hablar de la polémica suscitada por su presencia y por la invitación de familiares de presos de ETA, porque, dijo, es 'absolutamente injustificada'.
REACCIONES POLÍTICAS
El propio alcalde de Vitoria, Javier Maroto, habló de unas fiestas en la 'pluralidad, en paz' y en las que no vio 'ninguna polémica'. La consejera de Educación del Gobierno Vasco, Isabel Celaá, lehendakari en funciones, se acercó a saludar a Garitano al que le reconoció su derecho a 'atender el sufrimiento de los presos', pero le recordó 'que tiene que tener en cuenta el sufrimiento de las víctimas de ETA'. 'Si no se tiene en cuenta esto se construirá una sociedad sobre cimientos endebles, cuando es preciso que la sociedad vasca se construya sobre la memoria de lo sucedido y sea políticamente sana', recalcó.
El consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, emplazó por comunicado a los dirigentes de Bildu a que 'cumplan sus compromisos públicos de alejarse definitivamente de la violencia y abandonen comportamientos del pasado', como 'aprovechar las fiestas para rendir homenajes a presos de ETA'.
También, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, aseguró que 'se acerca el momento en que el Gobierno pedirá a la Fiscalía' que actúe contra Bildu, al que reprochó el apoyo a los presos y sus familiares. La líder de UPyD, Rosa Díez, dijo no entender a qué espera el Gobierno para pedir a la Fiscalía que actúe contra la coalición abertzale, después de que dejó patente de forma reiterada su conexión con ETA.
Asimismo, el presidente del PNV de Vizcaya, Andoni Ortuzar, se refirió a las declaraciones de Garitano en las que dijo que no es tiempo de analizar el sufrimiento generado por ETA, sino de consolidar un futuro político sin violencia'. También Aralar acusó al diputado general de Guipúzcoa de 'no querer afrontar una realidad que es incómoda y dolorosa', en alusión al dolor causado a las víctimas del terrorismo en Euskadi.
Por su parte, la izquierda abertzale hizo público un comunicado donde tachó de 'fascista' y de 'ultraderechista' al presidente del PP vasco Basagoiti, por sus palabras sobre Garitano, y denunció que los ayuntamientos guipuzcoanos de Lasarte y Andoain, gobernados por Bildu, han recibido amenazas anónimas.
Todos fueron invitados por el grupo municipal de Bildu en el ayuntamiento de Vitoria, lo que provocó críticas de otros partidos.
La Junta de Portavoces del consistorio vitoriano en pleno, incluida la coalición abertzale, se había comprometido a utilizar este acto para fines estrictamente festivos.
Garitano rechazó hablar de la polémica suscitada por su presencia y por la invitación de familiares de presos de ETA, porque, dijo, es 'absolutamente injustificada'.
REACCIONES POLÍTICAS
El propio alcalde de Vitoria, Javier Maroto, habló de unas fiestas en la 'pluralidad, en paz' y en las que no vio 'ninguna polémica'. La consejera de Educación del Gobierno Vasco, Isabel Celaá, lehendakari en funciones, se acercó a saludar a Garitano al que le reconoció su derecho a 'atender el sufrimiento de los presos', pero le recordó 'que tiene que tener en cuenta el sufrimiento de las víctimas de ETA'. 'Si no se tiene en cuenta esto se construirá una sociedad sobre cimientos endebles, cuando es preciso que la sociedad vasca se construya sobre la memoria de lo sucedido y sea políticamente sana', recalcó.
El consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, emplazó por comunicado a los dirigentes de Bildu a que 'cumplan sus compromisos públicos de alejarse definitivamente de la violencia y abandonen comportamientos del pasado', como 'aprovechar las fiestas para rendir homenajes a presos de ETA'.
También, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, aseguró que 'se acerca el momento en que el Gobierno pedirá a la Fiscalía' que actúe contra Bildu, al que reprochó el apoyo a los presos y sus familiares. La líder de UPyD, Rosa Díez, dijo no entender a qué espera el Gobierno para pedir a la Fiscalía que actúe contra la coalición abertzale, después de que dejó patente de forma reiterada su conexión con ETA.
Asimismo, el presidente del PNV de Vizcaya, Andoni Ortuzar, se refirió a las declaraciones de Garitano en las que dijo que no es tiempo de analizar el sufrimiento generado por ETA, sino de consolidar un futuro político sin violencia'. También Aralar acusó al diputado general de Guipúzcoa de 'no querer afrontar una realidad que es incómoda y dolorosa', en alusión al dolor causado a las víctimas del terrorismo en Euskadi.
Por su parte, la izquierda abertzale hizo público un comunicado donde tachó de 'fascista' y de 'ultraderechista' al presidente del PP vasco Basagoiti, por sus palabras sobre Garitano, y denunció que los ayuntamientos guipuzcoanos de Lasarte y Andoain, gobernados por Bildu, han recibido amenazas anónimas.
