La banda operaba desde España y en muchos países europeos y su jefe residía con su familia y sin ostentación en un pueblo de Valencia

Desarticulada una red rumana de clonación de tarjetas de crédito con más de 400 detenciones

El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil han desarticulado una banda organizada, formada por rumanos, que se dedicaban a la colocación de dispositivos en cajeros (microcámaras, teclados falsos) que les permitían clonar las tarjetas de crédito de sus usuarios, un método con el que llegaron a recaudar más de seis millones de euros.
Desde que comenzaron las investigaciones se ha detenido a 443 personas, que operaban desde España, aunque también actuaban en otros países europeos. La red estaba liderada por un rumano de 50 años, padre de familia, que residía sin ostentación en Alaquas (Valencia).

Los detenidos operaban principalmente en las tres provincias de la Comunidad Valenciana, además de Madrid, Cataluña, Islas Canarias y la Costa del Sol andaluza. Su 'modus operandi' consistía en colocar dispositivos en cajeros automáticos, como microcámaras y teclados falsos con los que obtenían los números de tarjeta y los 'pin' de acceso, un método con el que llegaron a conseguir más de seis millones de euros. Además, sustituían los terminales desde los que se cobra en determinados establecimientos por otros manipulados, que retenía los datos de los clientes y, más tarde, acudían a recuperarlo. A veces, conseguían los datos gracias a la colaboración de personas vinculadas a los comercios. Por este motivo cinco personas se encuentran entre los detenidos.

En concreto, se arrestó a 125 personas, 99 de ellos en España y 26 en otros países europeos en donde también actuaban (Rumania, Italia, Alemania, Austria, Bélgica, Holanda, Reino Unido, Irlanda del Norte República Checa y Turquía). Pero este centenar de detenidos forman parte de la última operación de un caso que se lleva investigando desde septiembre de 2007. Así, desde que se inició, ya son 443 los implicados en este fraude, en su mayoría ciudadanos rumanos, dirigidos por un hombre también rumano de 50 años, que residía con su familia en la localidad valenciana de Alaquas. Para no levantar sospechas, el hombre carecía de una residencia de lujo o coches caros, pero las fuerzas de seguridad creen que acumulaban posesiones en su país de origen.

Pero la clonación no es el único delito que se les imputa, ya que, tras conseguir los datos de los usuarios, fabricaban, en tres laboratorios intervenidos por las fuerzas de seguridad, tarjetas y documentos de identidad para poder usarlas o los vendían a otros grupos asentados en España o en el extranjero y que colaboraban con ellos. Así, según explicó en rueda de prensa la directora del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado, María Marcos, aunque todos forman parte de la misma trama, lo único que tienen los más de 400 detenidos en común es la nacionalidad, ya que en muchos casos estaban relacionados pero indirectamente. Por ejemplo, a muchos de ellos se les había empezado a investigar como miembros de diferentes grupos que asaltaban viviendas o polígonos, y que finalmente quedaron relacionados con esta operación.

REGISTROS.


Durante la investigación se realizaron en total 48 registros domiciliarios, entre España y otros países europeos, donde continúan realizándose detenciones. En los locales y viviendas se encontraron seis impresoras-escáner y otra específica para el embolsad de tarjetas bancarias, además de tres máquinas plastificadotas. También se han encontrado diez lectores-grabadores de tarjetas y otros instrumentos que demuestran la implicación de los detenidos en el fraude, como 800 tarjetas de crédito falsificadas.

En el dispositivo participó también el órgano de coordinación policial Europol, en cuya sede de La Haya (Holanda) se celebraron varias reuniones de coordinación entre policías europeas. Las pesquisas contaron con un centenar de teléfonos y direcciones de correo electrónico 'pinchados'.

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