Finaliza el juicio del accidente de autobús que causó 9 muertos

El acusado por el accidente de un autobús, ocurrido en 2008 en la A-7 en Málaga y en el que murieron nueve turistas de nacionalidad finlandesa, aseguró que sólo había bebido dos cervezas y se encontraba 'en perfectas condiciones' para conducir. Dijo que cree que iba a una velocidad de entre 130 o 140 kilómetros por hora con su todoterreno y explicó que perdió el control 'por el toque de freno que hice', al ver que había un coche delante.
El juicio quedó ayer visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga. El fiscal mantuvo la acusación por un delito de conducción bajo efectos de bebidas alcohólicas y otro de conducción temeraria, así como nueve delitos de homicidio por imprudencia grave y 26 de lesiones por imprudencia grave, solicitando cuatro años de cárcel y privación del derecho a conducir vehículos a motor durante seis años.

La acusación pública sostiene que el acusado iba a una velocidad 'inadecuada' y había ingerido alcohol, estando la carretera mojada, cuando 'perdió el control del vehículo', que chocó con las vallas de protección y salió rebotado, colisionando el frontal contra la parte lateral del autobús, ocupado por 50 personas, que derrapó y volcó, chocando con la defensa de separación que se introdujo por el techo del autobús.

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