El autor acababa de ser despedido de la empresa de sus dos primeras víctimas y en la sucursal no pudo cobrar un talón

Un hombre mata a tiros a sus jefes y a dos empleados de banca en Olot

El detenido entra en el bar donde mató a los constructores, para la reconstrucción de los hechos. (Foto: Robin Towsend)
Un crimen múltiple tuvo lugar ayer en el municipio de Olot, en Girona, donde un hombre mató a cuatro personas a tiros, al parecer, con una escopeta de caza. Pere P.P., de 57 años, acababa de ser despedido de la constructora de dos de las víctimas, que eran padre e hijo, y se dirigió a la entidad para cobrar un talón con lo que le debían pero no pudo hacerlo porque era un cheque sin fondos. Las otras dos víctimas fueron el hombre y la mujer que le atendieron en la sucursal.
A las 8.30 horas Pere P.P. se desplazó a el bar 'La Cuina de l'Anna' de la localidad La Canya, cercana a Olot, donde desayunaban cada mañana el padre e hijo dueños de un negocio familiar de construcción. El marido de la dueña del bar, Germán Sánchez, que presenció los disparos, relató que se escondió bajo la barra para salir ileso. 'Pensaba que iba a por todos porque venía con un rifle de caza', afirmó.

Joan T.S., de 61 años, y su hijo Ángel T.R., de 35 años, estaban construyendo actualmente unos pisos en La Canya. La familia del constructor y su hijo 'era gente muy conocida' que reside en Olot y estaba formada, además, por su mujer y una hija.Un conocido del dueño de la constructora comentaba que éste le había dicho que sopesaba despedir al agresor, junto a otros trabajadores, porque no cobraba algunas obras y tenía problemas económicos.


UN TALÓN SIN FONDOS

Después de este doble homicidio, el hombre subió a su coche y se dirigió a una sucursal de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) en Olot, donde le habían denegado el talón que le debían los constructores porque carecía de fondos. Allí disparó a un empleado de 46 años y una empleada, Anna P.V., de 52 años.

El hombre se llamaba Rafael T. y estaba casado y era padre de dos niñas pequeñas. Agustín, un amigo de la víctima indicó que éste había sido el director y desde 'hace tres o cuatro años' era subdirector.

Pere P.P., de 57 años, estaba soltero y vivía con su padre, que tenía problemas de salud, en una casa en el pueblo de Sant Esteve de'n Bas, aunque tenía poca relación con los vecinos del municipio y era un hombre muy solitario. El despido y la situación económica del autor del homicidio podrían haber desencadenado su 'locura', según explican fuentes sindicales.

El presunto autor del crimen había aparcado el coche sobre la acera antes de dirigirse a la sucursal de la CAM, que se encuentra en el centro de la localidad, cerca del Hospital de Sant Jaume y de La Caritat. Una patrulla de la Policía Local de Olot se acercó precisamente a la entidad bancaria al ver el vehículo del agresor mal aparcado. Cuando iban a comprobar quién era el dueño del coche una mujer de un comercio salió afirmando que había escuchado dos disparos. En ese momento, Pere P.P. salía del banco y se entregó. Una testigo presencial asegura que, mientras los agentes lo detenían, el homicida decía: 'Yo ya estoy satisfecho'.

Esta mujer dijo que fueron cuatro los disparos que se escucharon, dos en la oficina y dos en el exterior. Sin embargo, al menos uno de estos disparos, se debe a que en el momento de incautarle el arma, a uno de los policías se le escapó un disparo de la escopeta, que impactó contra un balcón de la funeraria.

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