Un jurado popular declaró ayer, por unanimidad, culpables a los siete acusados del asesinato del capo colombiano de la droga Leónidas Vargas, acribillado a balazos el 8 de enero de 2009 mientras se encontraba ingresado en el hospital Doce de Octubre de Madrid. Los nueve miembros del jurado consideran probado que Jonathan Andrés O., también colombiano, efectuó varios disparos contra Vargas, que otros cinco acusados -cuatro colombianos más y un venezolano- colaboraron en el asesinato, y un séptimo, de nacionalidad rumana, ocultó el arma con la que se perpetró el crimen.
En el juicio, que acogió durante cuatro semanas la Audiencia Provincial de Madrid, la Fiscalía pidió penas de entre 5 y 28 años de prisión, las cuales mantuvo tras escuchar el veredicto. Las defensas solicitaron que se apliquen las mínimas condenas fijadas para sus delitos, que son autor de asesinato, colaborador, tenencia ilícita de arma y ocultación de arma.
Tanto el Ministerio Público como las defensas mostraron sus protestas por el veredicto del jurado, el primero al considerar que se tuvo más en cuenta las declaraciones de los acusados ante la policía que las que hicieron en la vista oral, y que varios de los procesados eran usuarios de unos teléfonos móviles sin una motivación clara. Las defensas alegaron que el veredicto, que fue entregado al jurado el pasado jueves, debería ser devuelto porque sus conclusiones demuestran, entre otras cosas, contradicciones. Sin embargo, el juez de la sección tercera, Carlos Ollero, dictó que no había lugar a la devolución del veredicto y dejó el juicio visto para sentencia.
Tanto el Ministerio Público como las defensas mostraron sus protestas por el veredicto del jurado, el primero al considerar que se tuvo más en cuenta las declaraciones de los acusados ante la policía que las que hicieron en la vista oral, y que varios de los procesados eran usuarios de unos teléfonos móviles sin una motivación clara. Las defensas alegaron que el veredicto, que fue entregado al jurado el pasado jueves, debería ser devuelto porque sus conclusiones demuestran, entre otras cosas, contradicciones. Sin embargo, el juez de la sección tercera, Carlos Ollero, dictó que no había lugar a la devolución del veredicto y dejó el juicio visto para sentencia.
