El atentado es una forma de protesta por la visita a Afganistán de Barack Obama

Al menos 7 muertos y 17 heridos por el ataque perpetrado por varios talibán suicidas en Kabul

Una imagen de un coche destruida en un ataque suicida talibán en Kabul, Afganistán (Foto: EFE)
Al menos siete personas han muerto y otras diecisiete han resultado heridas durante el ataque llevado a cabo este miércoles por varios talibán suicidas contra un recinto de Kabul donde se alojan ciudadanos de países occidentales, según el último balance de víctimas facilitado por el Ministerio del Interior de Afganistán. Uno de los portavoces de los talibán afganos ha asegurado que el atentado ha sido una forma de protesta por la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
En el ataque han participado varios insurgentes disfrazados de mujeres que han utilizado un coche bomba. Los fallecidos son un guardia y seis transeúntes, todos afganos.

Cientos de policías y efectivos de los servicios de inteligencia afganos han rodeado el recinto, llamado Green Village (Pueblo Verde), en donde los terroristas no llegaron a entrar, según fuentes oficiales.

Los talibán afganos han perpetrado el ataque para protestar por la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Afganistán, según ha informado Zabihulá Mujahid, uno de sus portavoces, a la agencia de noticias Reuters.

Además, Mujahid ha indicado que el ataque es también una forma de rechazo al acuerdo de asociación estratégica firmado por Obama y el presidente afgano, Hamid Karzai, para regular la presencia de fuerzas estadounidenses en el país a partir de 2014, una vez se hayan retirado la mayor parte de las tropas de combate.

'Este ataque es para dejar claro cuál es nuestra reacción al viaje de Obama a Afganistán. El mensaje es que en lugar de firmar un acuerdo de asociación estratégica con Afganistán, debería plantearse sacar a sus tropas de Afganistán y dejar que los afganos reconstruyan su país', ha subrayado el portavoz.

Los talibán también han advertido de que su ofensiva de primavera, que comenzó hace dos semanas con atentados en Kabul, se reanudará este jueves.

Por su parte, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) ha confirmado la muerte de todos los insurgentes que han participado en el ataque y que la mayoría de las víctimas del atentado son civiles y menores.

La organización no ha facilitado cifras concretas de víctimas ni heridos, aunque el portavoz de la misión, general de brigada Carsten Jacobson, ha confirmado que 'la mayoría' de las víctimas son menores afganos de una escuela próxima al lugar del ataque.

'Es otro ataque de la insurgencia que ha provocado la muerte de civiles afganos inocentes, la mayoría menores de una escuela cercana', ha explicado el portavoz.

Para ISAF, se trata de 'otro ataque desesperado de los talibán', pero pone de relieve 'otra actuación capaz de las fuerzas de seguridad afganas para asumir el liderazgo para contener otro ataque desesperado de los insurgentes'.

'Las fuerzas de seguridad afganas dirigieron una respuesta capaz y rápida para contener y después abatir a todos los atacantes', ha explicado.

UN AÑO DESPUÉS DE LA MUERTE DE BIN LADEN

El ataque ha sido orquestado como protesta por el viaje relámpago de Barack Obama, que llegó al país centroasiático este martes para realizar una visita justo un año después de que un comando de fuerzas especiales estadounidenses matase al entonces líder de la red terrorista Al Qaeda, Usama bin Laden, durante una operación en Pakistán.

A través de un mensaje televisado desde una base militar al norte de Kabul, el presidente ha afirmado que se está reduciendo la intensidad del conflicto.

El embajador de Estados Unidos en Kabul, Ryan Crocker, ha advertido de que 'Al Qaeda sigue presente' en Afganistán. 'Creemos que nos estamos imponiendo (en la guerra) junto a nuestros socios afganos', pero 'no podemos pensar que debemos traer la perfección a Afganistán' porque 'eso es algo que deben hacer los afganos', ha declarado.

Aun así, Crocker ha afirmado que no se repetirá lo que ocurrió en los años 90, cuando los militares occidentales se marcharon de Afganistán tras la retirada soviética y entonces se desencadenó una guerra civil en la que se crearon las bases de apoyo de los talibán y Al Qaeda.

Obama y su homólogo afgano, Hamid Karzai, han firmado en Kabul el acuerdo estratégico de colaboración que regulará la presencia de tropas de EE.UU. en el país centroasiático más allá de la fecha oficial de retirada en 2014.

'Excelente', ha comentado el presidente estadounidense instantes después de firmar el acuerdo en el Palacio Presidencial de Kabul, según ha podido recoger el diario 'The New York Times', en un momento en el que las relaciones entre Washington y Kabul se encuentran profundamente deterioradas.

El pacto estratégico de seguridad concederá a Afganistán el estatus sin precedente de, según fuentes oficiales bajo el anonimato a Reuters, 'socio principal de Estados Unidos fuera de la OTAN'. A cambio, Kabul proporcionará a Estados Unidos 'acceso continuo y uso de sus instalaciones' para la lucha contra la red terrorista al Qaeda y sus afiliados.

La firma de este pacto llega después de que el Gobierno afgano y la OTAN hayan limado durante las pasadas semanas las últimas asperezas con los acuerdos alcanzados sobre el control de las traumáticas incursiones nocturnas en las residencias afganas que hasta ahora realizaban las fuerzas estadounidenses, o el traspaso de las competencias sobre el control de los presos.

El acuerdo originalmente iba a firmarse en la ciudad de Chicago durante la próxima cumbre de este mes sobre Afganistán. No obstante, fuentes diplomáticas han comentado que 'este momento coincide con el primer aniversario de la muerte de Bin Laden', a la que se espera que Obama haga referencia en su discurso en Bagram ante las tropas.

Incidentes como la quema de coranes en la base estadounidense de Bagram en febrero detonaron una serie de letales protestas que culminaron incluso en una disculpa del propio Obama.

Semanas después, el sargento Robert Bales masacró a 17 civiles afganos en Kandahar y actualmente se encuentra pendiente de juicio en EE.UU. sin que los interrogadores afganos hayan podido acceder a él, por no mencionar las numerosas víctimas civiles en operaciones de bombardeo de la OTAN, o diversos actos denigrantes como las fotografías de tropas estadounidenses orinando sobre los cuerpos sin vida de afganos, como se pudieron ver el pasado mes de enero.

Con 90.000 soldados, Estados Unidos es el principal contribuyente de tropas a la fuerza de la OTAN en Afganistán para una guerra que hoy en día es rechazada por un 72 por ciento de los estadounidenses, según la última encuesta de CNN. El conflicto se ha cobrado la vida de más de 2.700 soldados de la OTAN, la mayoría estadounidenses.

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