Ni la deuda soberana ni la cumbre que mañana celebra el eurogrupo, ni los casos 'Gürtel' o 'Faisán' pudieron con José Bono, que ayer logró situarse en primera fila del debate político por el uso de la corbata en el hemiciclo

Menos deuda y más corbatas

Miguel Sebastián interviene, sin corbata, en el Congreso. (Foto: JJ Guillénl)
Ni la deuda soberana que sigue por las nubes, ni la trascendente cumbre que mañana celebra el eurogrupo, ni los casos 'Gürtel' o 'Faisán' pudieron con el presidente del Congreso, José Bono, que ayer logró situarse en primera fila del debate, más o menos político, por el uso de corbata en el hemiciclo.
Así, mientras en la última sesión de control del curso, el PP exigía al Gobierno que ponga fecha ya a las elecciones generales, una aparentemente inocente pregunta del PNV dirigida al ministro de Industria, Miguel Sebastián, aguardaba su turno para saltar con energía al mismísimo epicentro del ruedo parlamentario.

El diputado José Ramón Beloki trató de hacer ver al ministro que no hay mucha relación entre llevar o no corbata y el ahorro energético, más allá de la 'anécdota' que supone lucir esta prenda. Y le advirtió de que 'si intentara venir a este hemiciclo además de sin corbata, sin chaqueta, en camiseta, en shorts o con chancletas, no le sería permitida la entrada aunque dijera que es por eficiencia energética'.


LA BRONCA DE BONO

La cara del ministro, sentado en su escaño del banco azul, por supuesto sin corbata, revelaba que no le hacía ni puñetera gracia lo que le estaba contando el nacionalista vasco. Al contestarle, invocó el valor ejemplarizante que tiene prescindir de ese apéndice como un pequeño gesto vinculado a la subida de la temperatura del aire acondicionado en edificios públicos y empresas, algo en lo que Japón fue país pionero.

Terminada su respuesta, José Bono aguardaba al acecho y, en un gesto insólito en el Parlamento, tomó la palabra para fijar posición, como si de otro portavoz más se tratara, respecto al asunto sobre que el que polemizaban Beloki y Sebastián.

Y ante el rostro estupefacto del ministro, José Bono le echó una buena bronca en la que mezcló al primer ministro japonés -que según Sebastián acude a su Parlamento sin corbata- con el emperador de su país y los ujieres uniformados del Congreso. 'Yo agradezco a los que vienen con corbata a la Cámara, porque así me ayudan a poder mantener la disciplina de vestido con los ujieres que están con chaqueta y corbata obligadamente'dijo entre el asombro general.

Después, Bono le envió un 'sms' para pedirle disculpas, aunque el titular de Industria ha insistido en sus trece, diga lo que diga el presidente del Congreso 'y el emperador del Japón'.

El revuelo se mantuvo en los pasillos, con opiniones recabadas a diputados 'excorbatados', y alguna que otra apelación al sentido común, puesto que, más allá de la temperatura física en el hemiciclo, el ardor político no se perdió dentro de la sala.


ACUSACIONES DE DEMAGOGIA

No en vano, Gobierno y oposición se cruzaron ayer en el pleno de control reproches sobre falta de responsabilidad y demagogia. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, acusó de practicar la demagogia a la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, que no dejó títere con cabeza al evaluar su gestión y le dijo que la única decisión con la que el Gobierno 'no se va a equivocar' es la convocatoria de las elecciones. 'Los españoles no esperan otra cosa', le ha hecho notar además la diputada del PP, largamente aplaudida por su grupo parlamentario.

Pero Salgado puso especial énfasis en criticar el papel del PP en la oposición: 'Ya sé que algunos de ustedes preferirían seguir como hasta ahora, flotando estilo muertito, a ver si la marea les lleva a La Moncloa, pero si fuera solo así, al menos no estorbarían. 'La vicepresidenta ha sido la única que ha sacado el 'caso Gürtel' al afear al diputado del PP, Cristóbal Montoro, que hubiera tildado el procesamiento de Francisco Camps de 'simple percance'.

Por otro lado, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tuvo que aclarar al líder del PP, Mariano Rajoy, que, aunque siga la restricción del crédito, es preciso concluir la reestructuración del sector financiero, un proceso que el jefe de la oposición cree que se ha hecho 'tarde, mal y a rastras'.

Zapatero y Rajoy recibieron de manos de José Bono unos misteriosos sobres blancos de gran tamaño cuyo contenido no quiso desvelar el presidente de la Cámara, aunque, por si las moscas, aclaró entre bromas que dentro no había ninguna corbata.

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