El rey preside la apertura de un año judicial marcado por el 'combate contra corrupción y corruptos'

El presidente del Supremo reclama más jueces y fiscales

El rey, acompañado de Moliner, llega al Tribunal Supremo. (Foto: A. DÍAZ)
El fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, advirtió ayer en el acto de apertura de los Tribunales, presidido por el rey, de que no habrá 'zonas de penumbra' para los corruptos que 'se lucran a costa del interés común'. Por su parte, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Gonzalo Moliner, destacó en su discurso que el número de jueces y fiscales es 'claramente insuficiente', y será difícil evitar que ello suponga en los próximos años 'un deterioro en el servicio de la Justicia'.
Torres-Dulce constató 'una creciente concienciación ciudadana' contra la corrupción que motivó el incremento de las denuncias de irregularidades, 'lo que constituye un prometedor síntoma de reacción social'. 'Vivimos una crisis económica severa y prolongada que erosiona el caudal de ilusión de amplios sectores de la sociedad y puede poner a prueba la solidez del entramado institucional de nuestro país', dijo Torres-Dulce, quien señaló que ante este riesgo todos los responsables públicos deben permanecer alerta. Según Torres-Dulce, el panorama se complica aún más cuando a la corrupción pública se une la corrupción privada, en la que los directivos y administradores de sociedades 'se prevalen de su condición para lucrarse a costa de la entidad que gestionan y de las personas que tienen intereses en ella'.


LA ANÉCDOTA

Al finalizar su intervención el fiscal general Torres-Dulce se produjo la anécdota de la ceremonia. Fue un lapsus del rey, quien, tras la intervención de Torres-Dulce, volvió a dar la palabra al fiscal general del Estado, en vez de al presidente del Tribunal Supremo, y, al darse cuenta de su confusión, reaccionó con una sonrisa.

El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Gonzalo Moliner explicó que la importancia de la Justicia como un pilar del Estado que en nuestro país 'funciona bien', aunque necesite mejorar su agilidad, exige una mayor dotación de medios y ser considerada una cuestión de Estado por los partidos políticos, que deberían llegar a un consenso sobre ella y también en la próxima renovación del Consejo General del Poder Judicial. Moliner recordó que en 2010 el CGPJ solicitó 450 nuevos jueces, pero desde entonces el Gobierno no solo no incrementó esta plantilla sino que además eliminó la figura de los jueces sustitutos y suplentes.

Moliner expresó su deseo de que el diseño y organización de la Administración de Justicia 'se lleve a cabo con el mayor consenso entre las diversas fuerzas políticas'.

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