Rubalcaba reclama en primer lugar que se cumpla, y luego 'adaptarla a los tiempos, que es la mejor forma de defenderla'

Rajoy no es partidario de afrontar una reforma de la Constitución

La recepción oficial con motivo del 34 aniversario de la Constitución, que reunió ayer en el Senado a buena parte de la clase política, de las altas instituciones del Estado y de la sociedad civil, sirvió este año para reavivar el debate sobre una posible revisión del texto constitucional de 1978.
Así, mientras el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió la plena vigencia de la Constitución, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, propuso su reforma para que la sanidad pública sea un derecho fundamental como la educación.

A su llegada al Palacio del Senado, Rajoy insistió en la vigencia de la Carta Magna y destacó el esfuerzo conjunto que la hizo posible en un momento de crisis como la actual. 'Si algo positivo hay que sacar de aquella Constitución es demostrar que las situaciones difíciles se pueden superar trabajando con empeño, determinación y coraje', dijo. Posteriormente, el jefe del Gobierno consideró que una reforma debe tener muy claro su objetivo, contar con un amplio consenso y que sea oportuna.

Del otro lado, Rubalcaba abogó por cumplir primero la Constitución y después 'adecuarla a los tiempos' porque, a su juicio, no hay 'mejor forma de defenderla'. En este sentido, propuso incluir un artículo 27 bis para que la sanidad sea considerada un derecho fundamental 'al lado de la educación' y deje de ser un 'principio orientador' como es en la actualidad.


SUCESIÓN A LA CORONA

Desde el PP, María Dolores de Cospedal, dijo que si hubiera que hacer alguna reforma, considera prioritaria una revisión sobre la sucesión a la Corona, de forma que no prevalezca el varón sobre la mujer.

De la salud de la Constitución también se refirieron los presidentes del Congreso, Jesús Posada, y del Senado, Pío García-Escudero. Posada alertó de que en una situación de crisis económica 'no es el momento de plantear aventuras revisionistas', ni de ahondar en las discrepancias 'aunque existan', sino de fomentar el entendimiento. También quiso trasladar una gratitud especial al rey por poner en marcha el camino hacia la democracia y auspiciar el consenso entre las fuerzas políticas, fundamental ahora para superar la crisis.

En esta misma línea, García-Escudero reconoció que la España de 2012 es muy distinta a la de 1978 y por eso entiende que se cuestione la vigencia de la Constitución, pero aseguró que este texto sigue dando respuesta 'eficaz' a los problemas y necesidades que hoy se plantean. No obstante, el anfitrión del acto dijo que la Carta Magna 'no es un código petrificado', sino un 'pacto vivo al servicio de una sociedad viva' y señaló que 'merece la pena' defender sus principios y valores.

También defendió los principios constitucionales la líder de UPyD, Rosa Díez, que dejó claro que la libertad, la igualdad y la justicia son derechos 'innegociables' que deben quedar garantizados en cualquier revisión del texto. Como ya viene siendo habitual, los partidos nacionalistas, como CiU, ERC o el PNV, se ausentaron del acto institucional, al igual que IU.

Su coordinador general, Cayo Lara, se acercó un momento al Senado para denunciar ante los periodistas que no había nada que celebrar porque la Constitución 'se viola' sistemáticamente y solo beneficia a los banqueros y especuladores.

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