EURO

Una política energética con pocas luces

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photo_camera Gráfico sobre el coste del gas en la zona euro.

Han confluido una serie de noticias en torno a los precios de la electricidad y el gas en España, y a la dificultad de un alto porcentaje de la población para hacer frente al recibo energético

Esta semana han confluido una serie de noticias en torno a los precios de la electricidad y el gas en España, y a la dificultad de un alto porcentaje de la población para hacer frente al recibo energético. Por un lado se ha publicado el último informe de la agencia europea Eurostat en el que España figura como el tercer país de la zona euro que paga más cara la factura de electricidad en el hogar y la segunda con el precio de gas doméstico más elevado.

Además, el recibo de la luz subió un 4,1% en España entre el segundo semestre de 2014 y el mismo periodo 2013, mientras que el de gas lo hizo un 7,5%. Estos incrementos sitúan a España entre los países en los que más se han encarecido los recibos de la luz y el gas, pagando 23,7 euros por cada 100 kilovatios hora (kWh) de electricidad, frente a los 17 euros de Holanda, Francia y Luxemburgo, o los 13 euros en las repúblicas bálticas. Este alto nivel de precios se produce a pesar de que los impuestos en España son inferiores a la media europea. La carga fiscal en la factura de la electricidad es del 21%, frente al 36% de media de la zona euro y muy por debajo del 52% de Alemania. Asimismo, las tasas en la factura del gas (20%) también están por debajo de la media europea (28%).


Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística ha publicado la última “encuesta de condiciones de vida”, donde se señala que el 11,1% de los hogares tienen dificultad para hacer frente a la factura energética en línea con datos similares de recientes informes de otros organismos. El gasto medio por hogar en electricidad, gas y otros combustibles se ha disparado hasta los 1.172,9 euros en 2014, un 44% superior al que se registraba en 2007.  Esta situación afecta al día a día de las familia pero también a la competitividad de las pymes.

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