Gisbert: "La nación española está recibiendo un ataque perpetrado por el Estado"

El abogado Rubén Gisbert defendió la unidad intocable de España y criticó al actual sistema de partidos políticos

El abogado y divulgador político Rubén Gisbert participó este jueves en el Foro La Región, que tuvo lugar en el centro cultural Marcos Valcárcel, y lo hizo para profundizar sobre la “reconquista de la conciencia de España”. Aseguró que “la nación española está siendo atacada”, una afirmación que “puede parecer una provocación, pero en realidad es un hecho”. “Jamás en la historia de España se ha vivido un ataque no foráneo por parte del Estado español”, afirmó Gisbert.

El abogado definió el concepto de nación como “el lugar en el que se nace”. “Desde los primeros homínidos hasta que el ser humano decide asentarse, hay una unión entre la persona y el modo de vivir de la sociedad adscrita a esa tierra”, afirmó, y criticó que el Estado intente determinar “qué es la nación” a través de mecanismos subjetivos. “Existen dos formas de crear una nación, las naciones-estado y los estados-nación”, agregó.

Criticó que la clase política intente fomentar “una separación dentro de la nación española”. “La Constitución recoge la indisoluble unidad de la nación española y, acto seguido, se reconocen las nacionalidades. Solo puede existir la nacionalidad cuando hay una nación”, aseveró. Según su criterio, aseguró que ningún español puede “renunciar a la herencia cultural e histórica de haber nacido en una nación católica”, y es en ese punto, según él, donde radica el “concepto de nación”, como algo que no se puede elegir.

La voluntad

Para Gisbert, la adscripción a una nación no puede responder a la voluntad ni individual ni colectiva. “Si decidimos crear una sociedad mercantil, existe una voluntad, se puede salir de ella, porque se decidió fundarla, mientras que la comunidad, como la de vecinos, no elige formar parte de lo que es”, ilustró el abogado y divulgador.

Según su tesis, una persona pertenece a un país por el simple hecho de nacer en él, y no hay nada que pueda hacer o dejar de hacer para modificar esta situación, un pensamiento que calificó como “teoría ontológica” de las naciones.

Gisbert subrayó que en el caso de España “mucho antes de que existiera el Estado, ya existía la nación”. “Para que alguien hoy pueda decidir qué es España, o si Cataluña se puede ir, o si España es una nación de naciones, alguien en algún momento de la historia ha tenido que decidir que España es una nación”, ejemplificó, y reiteró que “España no está en una unión fruto de la voluntad”.

La propaganda

Culpó del “ataque” que el Estado está ejerciendo sobre el país a la propaganda política, que confunde a los ciudadanos y cimienta unos principios de acción que, según su visión, actúan en contra del interés nacional. “Como no empecemos a poner remedio a este problema que afecta a todos y cada uno de los ciudadanos de España, esto va a ir por un camino muy negro”, agregó, y dijo que el “fundamento de entender el país como una nación de naciones es el mismo que utilizaba Franco”. Sobre el dictador dijo que todavía muchos partidos políticos lo tienen presente, algo con lo que se mostró en desacuerdo. “Si las instituciones replican ese discurso de la voluntad, no pueden ser más que franquistas”, manifestó.

También criticó la visión que defiende el Tribunal Constitucional de que “España nace y se determina a través de la Constitución de 1978”, ya que Gisbert defiende que la nacionalidad se remonta a un tiempo anterior a la Carta Magna y a cualquier tipo de organización política. “Yo, ahora mismo, a través de mi voluntad, puedo decidir ser un hipopótamo, eso es lo que defiende el Tribunal Constitucional”, ironizó.

Menos políticos

El modelo que defendió implica una reducción considerable del aparato político, ya que “en España somos el país de Europa que más políticos y que más instituciones tenemos, y en el que menos acceso a la clase política existe”. Esta clase política, continuó, legitima su poder bajo un proceso de identificación con unos ideales y principios definidos como nacionales. “Los políticos han visto que para consolidar un poder solo queda un principio, que es el de identificación”, concluyó.

 

“El nacionalismo es la peor lacra de la historia"

Gran parte de su discurso giró sobre la crítica al nacionalismo, o más bien a todos los nacionalismos, ya que aseguró que el español es igual de nocivo que el catalán.
Para Gisbert, “el nacionalismo es la peor lacra de la historia”. Responsabilizó a la Justicia de permitir debates sobre si Cataluña puede ser independiente o no, algo que calificó de “aberración”. El nacionalismo, explicó, comienza con el adoctrinamiento, que se está dando en las escuelas catalanas como pasó en las franquistas.

Te puede interesar