La red internacional de tráfico de cocaína desmantelada entre la Guardia Civil, la Agencia Tributaria y la Polícia Judiciária de Portugal operaba a través de aeropuertos lusos, haciendo uso de las líneas regulares de pasajeros de vía aérea. La droga introducida procedía de Suramérica, concretamente, de Brasil y Venezuela.
La denominada 'Operación Pescada', por la que los cuerpos de seguridad se incautaron este jueves de un total de 17,5 kilos de cocaína 'con un elevado grado de pureza' y detuvieron a nueve personas -de cinco nacionalidades distintas y ninguna española-, comenzó el pasado mes de agosto.
Según la Guardia Civil, las investigaciones comenzaron cuando se detectó que 'dos personas' de Portugal 'con numerosos antecedentes y detenciones por tráfico de drogas, intentando evitar el seguimiento y vigilancia de la policía portuguesa, se establecían en Vigo para continuar con su actividad delictiva.
De los trabajos realizados por las fuerzas del orden, se pudo concluir que estas dos personas formaban parte de 'una organización internacional perfectamente estructurada', con 'contactos' en Brasil y Venezuela y con 'representantes' dominicanos residentes en Madrid. Éstos últimos llevaban a cabo 'funciones de intermediación' entre 'los dueños de la mercancía' y 'la infraestructura establecida' en España y Portugal, que sería la encargada de la introducción y venta en el mercado del norte del país luso y Galicia.
A mayores, se descubrió que esta organización 'tenía previsto el envío de, al menos, tres maletas' con droga desde 'diferentes aeropuertos' de Brasil y Venezuela con destino a Oporto o Lisboa.
Según la Guardia Civil, las investigaciones comenzaron cuando se detectó que 'dos personas' de Portugal 'con numerosos antecedentes y detenciones por tráfico de drogas, intentando evitar el seguimiento y vigilancia de la policía portuguesa, se establecían en Vigo para continuar con su actividad delictiva.
De los trabajos realizados por las fuerzas del orden, se pudo concluir que estas dos personas formaban parte de 'una organización internacional perfectamente estructurada', con 'contactos' en Brasil y Venezuela y con 'representantes' dominicanos residentes en Madrid. Éstos últimos llevaban a cabo 'funciones de intermediación' entre 'los dueños de la mercancía' y 'la infraestructura establecida' en España y Portugal, que sería la encargada de la introducción y venta en el mercado del norte del país luso y Galicia.
A mayores, se descubrió que esta organización 'tenía previsto el envío de, al menos, tres maletas' con droga desde 'diferentes aeropuertos' de Brasil y Venezuela con destino a Oporto o Lisboa.
