La presidenta del Parlamento de Galicia, Dolores Villarino, declaró que los movimientos migratorios constituyen una experiencia enriquecedora para los países de destino y que estos éxodos generan espacios comunes de diálogo e integración entre los emigrantes y las naciones receptoras.
La máxima responsable de la Cámara autonómica lo hizo constar en el homenaje a la primera emigrante elegida presidenta del Gran Consejo del Cantón de Ginebra (equivalente al Parlamento de Galicia), Dolores Bolay-Cruz, que se celebró la noche en la ciudad suiza de Ginebra.
Villarino defendió que es responsabilidad de los gobiernos garantizar la integración de los inmigrantes y por ello apostó por la creación de políticas que aseguren los derechos humanos, la igualdad y el reconocimiento cultural de todos aquellos que residan fuera de sus países de origen.
Además, abogó por que la ciudadanía debe afrontar los movimientos migratorios de manera positiva, ya que es una experiencia que enriquece a las naciones. Por ello, apostó por una convivencia en democracia entre culturas con el fin constituir regímenes políticos más maduros y de mayor calidad.
LAZOS DE HERMANDAD.
En su discurso, la presidenta se refirió a los vínculos existentes entre los ciudadanos suizos y gallegos creados a raíz de la emigración. Así, recordó la creación de unos lazos de hermandad entre ambas comunidades y señaló que esa relación especial contribuyó a nombrar a una responsable gallega de la Cámara de Ginebra.
En este sentido, Villarino animó a la sociedad gallega a tomar ejemplo de la actitud de Suiza a la hora de acoger inmigrantes.
Suiza marca el ejemplo a seguir por los gallegos en la integración de los 81.000 extranjeros empadronados en Galicia, aseveró la presidenta.
El acto de homenaje a Dolores Bolay-Cruz estuvo amenizado por las actuaciones de agrupaciones de danza tradicionales, tanto gallegas como la de A Nosa Terra o Irmandade Galega; como de otras comunidades como la asociación Arte Andaluz.
Villarino defendió que es responsabilidad de los gobiernos garantizar la integración de los inmigrantes y por ello apostó por la creación de políticas que aseguren los derechos humanos, la igualdad y el reconocimiento cultural de todos aquellos que residan fuera de sus países de origen.
Además, abogó por que la ciudadanía debe afrontar los movimientos migratorios de manera positiva, ya que es una experiencia que enriquece a las naciones. Por ello, apostó por una convivencia en democracia entre culturas con el fin constituir regímenes políticos más maduros y de mayor calidad.
LAZOS DE HERMANDAD.
En su discurso, la presidenta se refirió a los vínculos existentes entre los ciudadanos suizos y gallegos creados a raíz de la emigración. Así, recordó la creación de unos lazos de hermandad entre ambas comunidades y señaló que esa relación especial contribuyó a nombrar a una responsable gallega de la Cámara de Ginebra.
En este sentido, Villarino animó a la sociedad gallega a tomar ejemplo de la actitud de Suiza a la hora de acoger inmigrantes.
Suiza marca el ejemplo a seguir por los gallegos en la integración de los 81.000 extranjeros empadronados en Galicia, aseveró la presidenta.
El acto de homenaje a Dolores Bolay-Cruz estuvo amenizado por las actuaciones de agrupaciones de danza tradicionales, tanto gallegas como la de A Nosa Terra o Irmandade Galega; como de otras comunidades como la asociación Arte Andaluz.
