La Fiscalía pide de 2 a 21 años de prisión por el asesinato de un narco por su banda

La Fiscalía Antidroga ha solicitado penas de entre dos y 21 años de prisión para siete acusados de participar en el asesinato de Fernando Caldas Villar, que desapareció en julio de 2004 en Bertamiráns (A Coruña) después de que la organización dedicada al tráfico de drogas a la que supuestamente pertenecía lo quemara con cal viva en un ajuste de cuentas. Durante un juicio celebrado en la Audiencia Nacional el Ministerio Público reiteró la acusación que pesaba contra otras cuatro personas y pidió las penas más elevadas contra Miguel Ángel Fernández Rodríguez y José Jorge Durán, a los que considera culpables de la comisión
Durante un juicio celebrado en la Audiencia Nacional el Ministerio Público reiteró la acusación que pesaba contra otras cuatro personas y pidió las penas más elevadas contra Miguel Ángel Fernández Rodríguez y José Jorge Durán, a los que considera culpables de la comisión de delitos de homicidio y tráficos de drogas.

El fiscal implica también en la muerte a Marco Antonio Fernández (15 años) y solicita tres años y siete meses para Eloy Val por complicidad con el homicidio y encubrimiento. Los otros tres acusados -Juan Marcos Vigo, María Charlín y María Adela Vilas- se enfrentan a una petición fiscal de dos años de prisión por encubrir el crimen.

El clan al que pertenecen los acusados decidió asesinarlo, según Antidroga, porque no cumplía las órdenes de la dirección de la organización y se comportaba de manera demasiado ostentosa y podía levantar sospechas sobre la actividad de narcotráfico a que se dedicaba el grupo.

Según aseguraba el juez instructor de la causa, Eloy Velasco, en su auto de procesamiento de los acusados, Durán Piñeiro ordenó a Fernández Rodríguez que hiciera desaparecer a Fernando Caldas, para lo cual le envió una carta desde el recinto penitenciario de A Lama en la que le decía que estaba 'muy preocupado por lo que Cal' estaba haciendo. 'Tenemos la gallina de oro y la va a joder. Tal y como va Cal, no llegáis a la Navidad', añadía.

La desaparición de Caldas se produjo el 16 de julio de 2004, dos días después de que Fernández Rodríguez y Val Carballo viajaran hasta Alicante siguiendo órdenes suyas para entregar un paquete que contenía 10 kilogramos de cocaína, a cambio del cual obtuvieron 300.000 euros.

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