En el banquillo se sientan desde hoy tres detenidos, para los que el fiscal pide 35 años de cárcel

Juicio por el atraco de A Cañiza en el que murió un guardia civil

Momento en el que trasladan el cuerpo del Guardia Civil fallecido. (Foto: ARCHIVO)
Los tres procesados por el atraco a una oficina bancaria de A Cañiza en agosto de 2010 en el que un agente de la Guardia Civil resultó fallecido y otro herido durante un tiroteo afrontan penas que suman los 35 años de cárcel, en un juicio que comenzará hoy en la Audiencia de Pontevedra.
El fiscal pide 25 años y siete meses por los delitos de homicidio, homicidio en grado de tentativa, robo con violencia e intimidación en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas para J.V.C., a quien considera autor de los disparos que ocasionaron la muerte a un agente e hirieron de gravedad a su compañero. De los dos últimos delitos también acusa el ministerio público a J.A.M.M. y F.C.P., para quienes solicita sendas condenas de cuatro años y once meses. Aparte de las penas de cárcel, interesa para el primero de los acusados una indemnización de 108.846 euros para la viuda del agente fallecido, así como de 45.352 para cada uno de sus tres hijos, y una tercera de 5.500 al guardia civil herido por las secuelas causadas, aparte de la correspondiente a los días que estuvo hospitalizado.

Los hechos se produjeron en la madrugada del 17 de agosto de 2010, cuando los acusados fueron al inmueble anexo a la sucursal, donde habían hecho un butrón en los días previos, con la intención amenazar a punta de pistola a los empleados que entraran en el turno de mañana para que los condujeran hasta la caja fuerte.


ALARMA

No obstante, hicieron saltar la alarma silenciosa del banco y hacia allí se desplazó una pareja de la Guardia Civil, que sorprendió a dos de los atracadores, J.V.C. y J.A.M.M., mientras que F.C.P., que esperaba en un coche aparcado a unos cien metros de la sucursal, al ver la patrulla policial huyó del lugar. Entonces, según consta en el escrito de la acusación, se produjo un tiroteo que causó la muerte a uno de los guardias civiles. Los atacadores eran detenidos poco después en Covelo.

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