Los rectores de las universidades gallegas, que figuran a la cola de Europa occidental en financiación, reclaman más dinero para mejorar los resultados de esos centros, a lo que la Xunta ha respondido que en momentos de recesión no se pueden aumentar los recursos.
El rector de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Senén Barro, advirtió esta semana que esos centros no pueden seguir así, una opinión compartida por sus colegas de las de A Coruña y Vigo, José María Barja y Alberto Gago, respectivamente.
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, les respondió que este año tendrán 11 millones de euros adicionales y también se compensará la caída de ingresos con 15,4 millones, una cantidad que los rectores consideran insuficiente.
La conselleira de Educación, Laura Sánchez Piñón, se mostró a favor de un nuevo plan para de financiación para las universidades, pero opinó que este no se debe hacer en un momento de recesión económica, sino de expansión.
Según Sánchez Piñón, el gasto directo en el sistema universitario en Galicia representará este año el 0,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), una cifra muy por debajo de la media europea.
Un reciente estudio del centro de estudios Bruegel de Bruselas sobre la situación de las universidades europeas muestra que España y el conjunto de países de la Unión Europea dedicaron una media de 1,3 por ciento del PIB, frente a 3,3 por ciento en Estados Unidos.
El rector de la USC indicó que para poder situarse en la media europea, las universidades gallegas deberían haber recibido este año doscientos millones de euros adicionales a los 400 millones que prevén percibir.
No los exigimos, ni siquiera lo pedimos, comentó Barro, quien indicó que la diferencia de financiación es tan elevada que en caso de recibir tal cantidad sería inasumible de un año para otro, y subrayó que por ello quieren un compromiso plurianual para poder planificar a medio plazo.
El Gobierno central se comprometió a que las universidades españolas tuvieran una financiación de 1 por ciento del PIB y la Xunta estableció como objetivo prioritario un aumento de recursos para la educación, pero las universidades gallegas todavía esperan.
Barro afirmó que los rectores son conscientes de la situación económica desfavorable pero señaló que la USC perdió en la última década posiciones, algo que ha sido compensado con un esfuerzo conjunto de la comunidad académica, que no ha sido correspondida.
La petición de los rectores coincide con la reforma del sistema universitario europeo destinado a favorecer la movilidad estudiantil y mejorar la competitividad, y con varios proyectos de centros de investigación, cuya construcción está financiada con fondos de la UE, pero las universidades requieren dinero para hacerlos funcionar.
La USC, al igual que las demás universidades gallegas, espera que en los próximos meses se apruebe un plan plurianual de financiación que aumente sus recursos y, entretanto, para 2009 no tener que amputar dinero en materia de docencia o, por lo menos, mantener el tipo y no dar un paso atrás, dijo Barro.
El rector de la USC advirtió que el nuevo marco europeo hace que las universidades tengan que ser más competitivas, tanto a escala continental como internacional, y para ello necesitan tener los recursos estructurales suficientes para ejecutar proyectos de investigación o contratos con empresas, un dinero que, de momento, concluyó: no vamos a tener.
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, les respondió que este año tendrán 11 millones de euros adicionales y también se compensará la caída de ingresos con 15,4 millones, una cantidad que los rectores consideran insuficiente.
La conselleira de Educación, Laura Sánchez Piñón, se mostró a favor de un nuevo plan para de financiación para las universidades, pero opinó que este no se debe hacer en un momento de recesión económica, sino de expansión.
Según Sánchez Piñón, el gasto directo en el sistema universitario en Galicia representará este año el 0,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), una cifra muy por debajo de la media europea.
Un reciente estudio del centro de estudios Bruegel de Bruselas sobre la situación de las universidades europeas muestra que España y el conjunto de países de la Unión Europea dedicaron una media de 1,3 por ciento del PIB, frente a 3,3 por ciento en Estados Unidos.
El rector de la USC indicó que para poder situarse en la media europea, las universidades gallegas deberían haber recibido este año doscientos millones de euros adicionales a los 400 millones que prevén percibir.
No los exigimos, ni siquiera lo pedimos, comentó Barro, quien indicó que la diferencia de financiación es tan elevada que en caso de recibir tal cantidad sería inasumible de un año para otro, y subrayó que por ello quieren un compromiso plurianual para poder planificar a medio plazo.
El Gobierno central se comprometió a que las universidades españolas tuvieran una financiación de 1 por ciento del PIB y la Xunta estableció como objetivo prioritario un aumento de recursos para la educación, pero las universidades gallegas todavía esperan.
Barro afirmó que los rectores son conscientes de la situación económica desfavorable pero señaló que la USC perdió en la última década posiciones, algo que ha sido compensado con un esfuerzo conjunto de la comunidad académica, que no ha sido correspondida.
La petición de los rectores coincide con la reforma del sistema universitario europeo destinado a favorecer la movilidad estudiantil y mejorar la competitividad, y con varios proyectos de centros de investigación, cuya construcción está financiada con fondos de la UE, pero las universidades requieren dinero para hacerlos funcionar.
La USC, al igual que las demás universidades gallegas, espera que en los próximos meses se apruebe un plan plurianual de financiación que aumente sus recursos y, entretanto, para 2009 no tener que amputar dinero en materia de docencia o, por lo menos, mantener el tipo y no dar un paso atrás, dijo Barro.
El rector de la USC advirtió que el nuevo marco europeo hace que las universidades tengan que ser más competitivas, tanto a escala continental como internacional, y para ello necesitan tener los recursos estructurales suficientes para ejecutar proyectos de investigación o contratos con empresas, un dinero que, de momento, concluyó: no vamos a tener.
