El Consello de la Xunta ha aprobado el proyecto de ley que gravará los embalses de producción hidroeléctrica, que se prevé aplicar ya el próximo año, y por el que el Gobierno gallego espera recaudar doce millones de euros.
El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, informó de este acuerdo de su Gobierno, que forma parte, dijo, de una nueva política energética que persigue compensar el daño medioambiental que causan los aprovechamientos hidroeléctricos.
En todo caso, Pérez Touriño sostuvo que este nuevo tributo no tendrá impacto en la tarifa eléctrica y afectará a un total de 45 embalses en función de su capacidad, medida en hectómetros cúbicos.
Tampoco repercutirá en el suministro de abastecimiento de agua o los regadíos agrarios; la acuicultura, las actividades recreativas, la navegación o el transporte acuático.
Más allá de su capacidad recaudatoria, dijo el presidente gallego, la norma pretende potenciar y prevenir la contaminación de los recursos hídricos, y se invertirá en reparar los daños que las eléctricas causan a los ríos.
El nuevo impuesto contó con el informe favorable del Consello Económico y Social y afectará a los embalses que estén situados en todo o en parte en el territorio gallego.
La norma somete a gravamen determinadas actividades que emplean agua embalsada y toma como referente los efectos medioambientales causados sobre la flora y fauna de los canales de los ríos, sobre la calidad de las aguas y sobre las riberas y valles asociados al sistema fluvial.
Los ingresos se destinarán a financiar actuaciones encaminadas a la protección de los recursos naturales , así como a la conservación, reparación y restauración del ambiente.
El presidente de la Xunta consideró que entrará en vigor el próximo años, por lo que la recaudación prevista irá recogida en los presupuestos generales de Galicia de 2009.
En todo caso, Pérez Touriño sostuvo que este nuevo tributo no tendrá impacto en la tarifa eléctrica y afectará a un total de 45 embalses en función de su capacidad, medida en hectómetros cúbicos.
Tampoco repercutirá en el suministro de abastecimiento de agua o los regadíos agrarios; la acuicultura, las actividades recreativas, la navegación o el transporte acuático.
Más allá de su capacidad recaudatoria, dijo el presidente gallego, la norma pretende potenciar y prevenir la contaminación de los recursos hídricos, y se invertirá en reparar los daños que las eléctricas causan a los ríos.
El nuevo impuesto contó con el informe favorable del Consello Económico y Social y afectará a los embalses que estén situados en todo o en parte en el territorio gallego.
La norma somete a gravamen determinadas actividades que emplean agua embalsada y toma como referente los efectos medioambientales causados sobre la flora y fauna de los canales de los ríos, sobre la calidad de las aguas y sobre las riberas y valles asociados al sistema fluvial.
Los ingresos se destinarán a financiar actuaciones encaminadas a la protección de los recursos naturales , así como a la conservación, reparación y restauración del ambiente.
El presidente de la Xunta consideró que entrará en vigor el próximo años, por lo que la recaudación prevista irá recogida en los presupuestos generales de Galicia de 2009.
