Reportaje

“Invisibles”

Una sensible reflexión sobre el papel de la mujer, sobre sus tiempos, con una narración fresca y lúcida y con tres extraordinarias actrices

La historia refleja la vida de Julia, Elsa y Amelia, tres amigas que un día decidieron comenzar a caminar juntas una vez por semana. Lo que empezó por ser una mera distracción y una forma de hacer ejercicio se ha terminado por convertir en una necesidad. Porque esos paseos les sirven también para estar informadas de lo que a cada una de ellas les ocurre. Poco a poco irán descubriendo que la amistad no es siempre idílica, que en la amistad también se guardan secretos y se recurre a la mentira.

Querejeta, también guionista junto a Santos Mercero concentra el relato en evidenciar el peso del paso del tiempo su efecto en los cuerpos y las cabezas de tres mujeres para demostrar que, en realidad, no existe una línea divisoria determinada entre lo que consideramos juventud, madurez y vejez, al menos en nuestra autopercepción pero la película sí deja claro que en el mundo femenino los tiempos parecen llevar su propio calendario que no depende tanto del individuo sino exigencias de la sociedad.

Querejeta logra reivindicar el papel de la mujer, sin píldoras ni referencias trilladas, impuestas por cumplir, de por medio. En un montaje, quizás, excesivamente teatral, que, sin embargo funciona.

El guion es preciso, intenso y ligero a la vez, y rebosante vertiendo intriga y curiosidad en todo el relato. “Invisibles” gana más de lo que parece, un film de aire fresco y renovador que grita a todos lados.

Las tres actrices (Adriana Ozores, Enma Suárez y Nathalie Poza) en su madurez que reivindican verse y ser vistas por la sociedad. Cada una de ellas absorbe el criterio de su personaje para mantener la credibilidad suficiente como para mantener el film.

Te puede interesar