Sobran los dedos de una mano para contar cuántos románticos quedan en la música española. Acaso porque nunca estuvieron tan a la orden del día los dictados de una industria discográfica en tándem con una televisión de concurso de talentos y reality para decidir quién debe ser músico y quién no, incluso cuando se es menor de edad. En tan nefasto panorama, es todo un lujo contar en Orense con la presentación de Javier Vargas. Porque, según la guitarra blusera española por excelencia, “cuando hablas desde el corazón siempre habrá otro corazón escuchando”.
Con el Teatro Principal por escenario, el responsable de Vargas Blues Band actuará esta noche en un show compartido con otro insuperable de la guitarra pero en este caso del flamenco como es Raimundo Amador. “Noche de flamenco y blues” reunirá a los artistas que ya dieron muestras de su bien hacer a dúo en registros como “Gipsy Boogie” (1997) o “Flamenco Blues Experiencie” (2008).
En el caso de Vargas, llega con “Move On”, el disco que acaba de lanzar con John Byron Jagger en la voz. Como una “asociación musical brothers in blues” define su sociedad con el sobrino de Mick Jagger, además de decir de él que “viene de una tradición familiar que entiende muy bien el blues y la música y eso estimula”.
“Aporta diversión”, dice sobre John, y ahí está el secreto no solo de la evidente buena sintonía en Vargas & Jagger sino de la larga y prolífica carrera del propio Javier. “Yo creo que todos los músicos tocamos por la pasión que nos produce la música –asevera-; y si nos subiéramos a un escenario sin esa pasión esta profesión no funcionaría ya que la pasión es el motor de la creación”.
Nacido en Madrid y todo un trotamundos –vivió en Argentina, Venezuela, Estados Unidos y Jamaica-, Vargas empezó a tocar la guitarra eléctrica a los 12 años y, a los 61, algo aprendió de la profesión. “Este no es un trabajo fácil y el músico y compositor es el eslabón más débil de la cadena –alega-. Muchas veces he sentido frustración pero a la mañana siguiente he agarrado mi guitarra, he dado las gracias por poder hacer lo que me gusta y me he reinventado. La música es una proyección de la vida y la vida no es fácil. Lo importante es mantener una actitud positiva y celebrar la vida a través de la música. Porque cuando hablas desde el corazón siempre habrá otro corazón escuchando”.
