Las plantas, limpiadoras de aire

POR TODOS es sabido que las plantas purifican el aire que respiramos, ya que estas limpian el dióxido de carbono y emiten oxígeno, pero lo que no tantos saben es que hay variedades concretas que también pueden limpiar muchas otras sustancias que afectan negativamente a nuestra salud. Un estudio realizado por la NASA, comprobó que varias especies vegetales reducían el contenido de sustancias como son el benceno, el formaldehído, el tricloroetileno, el xileno y el tolueno del aire. Hablemos de los efectos de estos gases en las personas. La inhalación de benceno puede producir somnolencia, mareo y pérdida del conocimiento. La exposición prolongada produce efectos sobre la médula de los huesos y puede causar anemia y leucemia. El contacto con el formaldehído cuando está presente en el aire a niveles que exceden las 0,1 ppm, puede presentar efectos adversos en algunas personas, tales como: ojos llorosos; sensación de ardor en los ojos, en la nariz y la garganta; tos; sibilancias o respiración con silbidos; náuseas e irritación de la piel. La exposición a cantidades moderadas de tricloroetileno puede causar dolores de cabeza, mareos y somnolencia; las cantidades grandes pueden causar coma e incluso la muerte. Consumir o respirar niveles altos de tricloroetileno puede causar daños en algunos de los nervios de la cara. La exposición breve a niveles altos de xileno puede producir irritación de la piel, los ojos, la nariz y la garganta; dificultad para respirar; alteración de la función pulmonar; retardo de la reacción a estímulos visuales; alteraciones de la memoria; malestar estomacal; y posiblemente alteraciones del hígado y los riñones. Por otro lado, el tolueno puede afectar al sistema nervioso, niveles bajos o moderados pueden producir cansancio, confusión, debilidad, sensación de embriaguez, pérdida de la memoria, náusea y pérdida del apetito. Una vez conocidos los efectos de estos gases en nuestro cuerpo cuando se encuentran en cantidades excesivamente elevadas, conozcamos con que plantas podemos reducir dichos niveles. Comencemos por el crisantemo, esta planta floral es un buen aliado frente a la reducción de los niveles de benceno, formaldehído y tricloroetileno. Es una planta de floración otoñal muy resistente. Bien cuidadas, sus flores pueden durar alrededor de dos meses. La palmera datilera, o palmera de Roebelen por otro lado, es buena purificadora del xileno, tolueno y el formaldehído. Es una palmera enana que puede alcanzar una altura máxima de cinco metros, pero lo más común es que su tronco no sobrepase el metro de altura, debido a que tiene un crecimiento muy lento. Con una floración que se da en verano, suele crecer en entornos naturales de manera individual o en grupos reducidos de tres a cinco ejemplares. El espatifilo es otro purificador versátil, ya que reduce los niveles de benceno, formaldehído y tricloroetileno. Es una planta con una flor ornamental con un estilo elegante. Es una especie muy sencilla de cuidar y con una flor duradera. La areca es purificadora del xileno y del tolueno que haya en nuestro entorno. También conocida con el nombre de palmera amarilla, está formada por una mata de la que surgen varios tallos coronados por hojas de gran tamaño, muy decorativa para espacios interiores. Finalmente, podemos hacer mención a la conocida como lengua de suegra o sansevieria, la cual reduce el contenido de formaldehído del aire. Cabe destacar esta especie debido a su fortaleza frente a casi cualquier condición. Es de un cultivo muy sencillo y tiene una vida muy longeva. Es muy decorativa ya que sus hojas alcanzan los 50 centímetros y se alzan firmes con un porte escultural.