EMPLEO

La apicultura abre vías como alternativa económica en Laza

colmear_result
photo_camera Uno de los colmenares que posee Lucía Afonso en el municipio de Laza.

La avispa asiática aún no se detectó en la zona, aunque los productores piden medios para combatirla

Castrelo do Val acogió el pasado sábado, en las dependencias municipales, un concurrido curso de apicultura convencional impartido por Marcos y Jara Varela, y organizado por Lucía Afonso, la socia fundadora de una empresa que lleva el nombre del monte en el que estableció sus primeras colmenas, Sovoral. El curso estaba previsto para veinte personas y al final hubo que ampliarlo a 35, lo que da idea del atractivo que está  alcanzando el sector apícola.

Lucía Afonso, verinense, comenzó en el mundo de la apicultura hace diez años, y acabó enrolando al resto de sus hermanos en lo que ahora es una entidad de carácter netamente familiar, implantada fundamentalmente en el concello de Laza y que, después de comercializar sus productos en Madrid, Barcelona e incluso Londres, comienza a abrirse mercado en Galicia con una miel totalmente ecológica. Lucía mostraba ayer su satisfacción, no sólo por la asistencia al curso que organizó, sino por ver cómo los consumidores gallegos comienzan a apreciar una miel elaborada en los montes del Concello de Laza. 

De allí, ya en pleno Macizo Central ourensano, parte toda su producción, aunque la manufactura de la miel se completa en la localidad alaricana de Turzás, donde pronto comenzará a funcionar una envasadora. Sin embargo, el mérito es de las abejas que Lucía pastorea en una explotación de cerca del medio millar de colmenas: "É como quero que me chamen, o único que fago é recoller a mel que elas me dan polo que eu lle dou, nada máis".

LEJOS DE CONTAMINACIÓN

La selección del lugar no fue para nada aleatorio. Lucía y sus colaboradores buscaron una ubicación en la que a tres kilómetros a la redonda no hubiese nada plantado por el hombre, "non podía haber nin tan siquera unha berza, porque de seguro que se a puxo o humano se tratou con algún fitosanitario. En Galicia úsanse moito, creo que de máis, e nós non podemos controlar ás abellas. Elas non soen pasar dos 800 ou 1.000 metros na recolleita, por eso que tres kilómetros garanten que só se poidan nutrir para a súa mel da floración espontánea", explica. 

Su miel se tiene ganado a pulso el sello de ecológico: "O noso producto recóllese tal cual, non se trata nin se filtra, e ven dunha paraxe lonxe de toda contaminación humana", añade Lucía Afonso. Sobre las razones de su retorno, lo tiene claro. Su vida en Vigo no le llenaba, y después de un periodo de excedencia en su trabajo que aprovechó para formarse, decidió enrolarse en esta empresa personal y familiar -"aínda que na miña casa sempre houbo colmeas"-, porque "acabas dándote conta de que a cidade non é o teu, e de que precisas voltar a ter unha calidade de vida que só o campo che pode dar". 

AVISPA ASIÁTICA

De momento en la comarca de Monterrei  los apicultores no notan la presencia de la temible avispa asiática -Vespa Velutina-, pero sí ya existe cierta preocupación. "De momento aínda non chechou ás nosas colmeas, pero hai xa estudos que din que será este ano cando chega, porque vai colonizando unha determinada extensión cada ano", señala Lucia. 

Añade la apicultora que "creo que deberiamos ir poñendo os medios para combatila. As informacións que me chegan de compañeiros productores da zona de Pontevedra é que o ano pasado moitos deles apenas recolleron mel polo seu ataque, concluye señalando Lucía Alfonso.

ADMIRACIÓN POR UNA COMUNIDAD MUY BIEN AVENIDA

Lucía es una enamorada de las abejas. Dice haber aprendido mucho de ellas, sobre todo, "de cómo son quen de sobrevivir cando as condicións son moi desfavorables, ou mesmo do exemplo que dan de comunidade que traballa unida", apunta. 

Resulta difícil de creer, pero "as abellas axúdanse unhas ás outras. Cando están cansas danse masaxes entre elas, ou mesmo se limpan entre si. Son uns seres dos que nunca deixas de aprender". Algo que comparten muchos ourensanos, "onde se produce o 60 ou 70 por cento da mel galega", reconoce. 

Te puede interesar