Una docena de personas de Verín asiste a las clases de alfabetización que programa ’Portas Abertas’

Aprendiendo a escribir a los 46 años

Alumnas con la profesora, Elvira Hervella, durante una de las clases.
Para aprender a leer y escribir nunca es tarde. Una docena de mujeres y hombres de Verín, con edades que arrancan desde los 30 hasta los 60 años, recibe clases de alfabetización gracias a un programa que desarrolla la Asociación Portas Abertas. Dicen que no les resulta fácil, pero que es su máxima prioridad. La mayoría siempre lo ha ocultado por una vergüenza de la que ahora se liberan. Y para todos supone tomar la oportunidad de un aprendizaje que les negó la infancia pues ’antes nos mandaban a trabajar’.
Una docena de vecinas y vecinos de Verín aprenden a leer y a escribir gracias a un programa de la Asociación Portas Abertas bautizado como ’Aprendemos xuntos e xuntas’. No faltan a una clase. Hay quien incluso se desplaza varios kilómetros en bicicleta para asistir a la formación. La constancia se respira por los cuatro costados del aula habilitada en la Casa da Xuventude.

María del Carmen Anjos Teixeira, de 46 años, es una de las alumnas. ’Nací en Portugal, pero vivo desde hace años en Verín. Cuando era pequeña nunca tuve la oportunidad de aprender porque me mandaron ir a trabajar’, relata. Esta vecina explica que siempre sintió ’una vergüenza por no saber leer y escribir, algo que siempre ocultaba. Cualquier documento me lo tenían que leer, incluso una carta. Pero, ahora, estoy muy contenta. Es fundamental para defenderme en la vida’. Y valora el programa muy positivamente pues ’es también una forma de aprender a convivir con otras personas que tenían el mismo problema’.

El trabajo

Magdalena Rodríguez Teixeira tiene 44 años y es de Vilela (Verín). Cuenta que, ’en mi caso, estuve toda la vida trabajando en Barcelona, de tal forma que nunca tuve tiempo de aprender. Ahora, aprendo y me cuesta un poquito, me parece difícil, pero estoy encantada. Es una gran oportunidad’.

Elena Abreu Núñez, de 58 años, es de Portugal pero vive en Verín. Señala que ’yo ya sabía leer y escribir un poco y ahora lo hago en castellano. Es una maravilla’, explica.

Todos los alumnos coinciden con que la infancia les negó la posibilidad de aprender por diversas circunstancias, entre ellas económicas, sociales u de otro tipo. ’Antes, no todo el mundo podía ir al colegio, eran otros tiempos’, apuntan. Pero este programa también incluye a personas mayores que por algún tipo de enfermedad han olvidado cómo se lee y se escribe.

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