Cajas y más cajas de conservas, leche, pasta y alimentos no perecederos llenan el bajo donde los voluntarios de “Vivir ben, sentirse mellor” organizan lotes de alimentos para casi 200 familias del concello de Verín. Esta es la triste realidad a la que se enfrentan los Servicios Sociales, que para contribuir a llegar más fácilmente a personas en situación o riesgo de exclusión social, crearon una nueva modalidad de voluntariado en el municipio: voluntariado sénior, un proyecto que quiere también poner en valor la labor de personas mayores de 55 años.
“Vivir ben, sentirse mellor” busca reforzar con este tipo de voluntariado “unha participación responsable e solidaria en proxectos con necesidades comunitarias”, explica Javier Cid, responsable de los Servicios Sociales, viendo esto como una oportunidad para que las personas que se jubilen se sumen a proyectos para realizar actividades, tener obligaciones e incluso rutinas de horario.
Así, los voluntarios empaquetan cajas sin preguntarse el por qué, quién lo necesita y cómo es la situación de cada usuario, realizando una labor desinteresada, “no preguntamos, lo hacemos porque queremos ayudar, mucha gente lo necesita”, cuenta Rosalía Poyán, la encargada de la distribución de los alimentos, quien cuenta apenada que “ahora hay más gente que lo necesita, con el coronavirus se incrementó mucho este servicio”.
Y es que estos voluntarios acuden con su mejor sonrisa a ayudar porque “nos sentimos bien, es algo muy bonito, aunque también muy triste, pero al final es algo que te reconforta”, añade Poyán, quien con sus compañeros, no pierde la esperanza.
El voluntariado sénior va más allá del reparto de alimentos a personas que atraviesan una situación vulnerable. En “Vivir ben, sentirse mellor” también buscan ayudar a personas mayores a través de su programa “Aburrirse está prohibido”. Así, los voluntarios organizarán actividades como músicoterapia, risoterapia, juegos de mesa o juegos para la memoria, en el Centro de Día y en el Centro Sociocomunitario, para que los más mayores disfruten de jornadas diferentes promocionando y educando en el envejecimiento saludable.
Otro aspecto que abarca este voluntariado está muy relacionado con la actualidad: “A irrupción do coronavirus nas nosas vidas, traduciuse a un maior illamento, causando un impacto emocional entre a xente”, cuenta Cid. De este hecho nace “Stop-covid”, realizando acompañamiento a aquellas personas que lo necesiten, principalmente gente mayor.
Así, entre alimentos, actividades para un envejecimiento sano y una mano amiga que no deje a nadie solo, ocho voluntarios sénior de Verín disfrutan día a día ayudando a los demás -unas 800 personas beneficiarias-; como dice Rosalía Poyán, “es nuestra forma de sentirnos realizados”.
