El éxito de la primera edición anima a los organizadores a darle continuidad
Habrá segunda edición. Al grupo de gobierno del Concello de Verín, en esta organización representado por su concejala del área de Turismo, Purificación Caldelas Rodríguez, no le cabe la más mínima duda de que el próximo año también se organizará la 'Feira de Outono'. La afluencia de asistentes ha sido muy superior a la esperada por tratarse del debut, y la demanda y participación en todas las charlas y sesiones informativas ofertadas a lo largo del fin de semana fue muy elevada.
Un ejemplo de esta afluencia fue la charla organizada para ayer por la tarde sobre las setas. Se celebró en un espacio anexo a la carpa que acogía la feria y sólo pudieron participar en la misma medio centenar de personas, que era todo el aforo que permitía el espacio reservado para estas actividades.
Según los organizadores, que en todo momento estuvieron pendientes de la respuesta del público, el número de visitantes pudo superar las 5.000 personas, en función de los cálculos "que hemos realizado por el número de boletos que participaron en el sorteo de una cesta con productos que estuvieron a la venta a lo largo del certamen y teniendo en cuenta que la mayoría de las familias que accedían al recinto acaban saliendo con una compra bajo el brazo", aseguró la responsable de la organización técnica de la feira, Ángeles Sierra.
A lo largo de la jornada del sábado el paso de visitantes por el recinto fue constante y lo mismo ocurría ayer domingo. Así, a las siete de la tarde la carpa en la que se albergaban los 23 puestos que participaron en el evento estaba atestada de gente. Los organizadores también confirmaron que el espacio del recinto -que al ser la primera edición se eligió con prudencia- limitó el número de puestos y algunos comerciantes que a última hora decidieron incorporarse no pudieron hacerlo.
Los niños también tuvieron ayer una elevada cuota de protagonismo, tanto por la mañana, con la sesión de showcooking que dirigió Begoña Vázquez y en el que participaron una treintena de chavales. Los pasteles que aprendieron a confeccionar los repartieron entre los visitantes. Por la tarde los más pequeños también tuvieron un taller de manualidades dirigido por Rebeca Queija. La sesión sobre micología incluyó una salida al campo, en la que participaron el medio centenar de asistentes.
