El fiscal acusa a un ecuatoriano de traficar con cocaína en la zona de ‘pubs’ de Verín

Walter Wilfredo Yánez, en el juicio. (Foto: Miguel Ángel)
Walter Wilfredo Yánez negó ayer que las 22 papelinas de cocaína incautadas debajo de su vehículo en marzo del pasado año le perteneciesen. El fiscal lo acusa de tráfico de drogas en la zona de la movida de Verín y pide al tribunal una pena de tres años y medio de cárcel.
El ecuatoriano Walter Wilfredo Yánez Galeas se sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia provincial para responder de un delito de tráfico de droga por el que el representante del Ministerio Público reclama una condena de tres años y medio de cárcel.

El acusado negó que la cocaína incautada debajo de su vehículo le perteneciese ya que, según relató a la sala, él se había agachado para comprobar un golpe que había sufrido el turismo no para esconderla, tal como sostiene el fiscal en virtud del atestado policial elaborado por la Guardia Civil.

Venta en la ‘movida’

Los hechos que se enjuiciaron ayer acontecieron el 30 de marzo del pasado año. Según la acusación pública, el encausado esta cionó su coche, un Seat Ibiza de color azul, en las proximidades del ‘pub’ Zazaoo, en la plaza de la Alameda de Verín, y al advertir la presencia de una patrulla de la Guardia Civil arrojó por debajo una cartera de color marrón en cuyo interior había 22 papelinas de cocaína con un peso total de 13,060 gramos (una pureza del 37,03%) y 0,762 gramos de cannabis. El detenido portaba estas sustancias con la intención de destinarlas al tráfico en la zona de ocio verinense, según adujo el fiscal en su alegato final. No obstante, el letrado de la defensa insistió en que la cartera incau tada no le pertenecía.

La cocaína intervenida, a tenor del informe pericial, podría haber reportado en el mercado ilícito unas ganancias de 591 euros.

El Ministerio Fiscal además de la pena privativa de libertad también reclama al inculpado una multa de 1.200 euros.

Los guardias civiles que comparecieron en la sala no vieron el momento en el que el inculpado arrojaba la cocaína al suelo pero, según dijeron, les infundió sospecha el que se hubiera agachado.


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