ENTREVISTA

Asunción Rodríguez: “Monterrei no sólo es vino, es paisaje y gastronomía, tiene mucho potencial”

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photo_camera Asunción Rodríguez Zarraquiños.

La nueva presidenta del Consello regulador de la denominación vitivinícola Monterrei,  dio un cambio radical a su vida de funcionaria para enrolarse en el proyecto vitivinícola de Crego e Monaguillo.

La nueva presidenta del Consello regulador de la denominación vitivinícola Monterrei se licenció en Santiago y ejerció gran parte de su actividad profesional en el sector público, hasta que dio un cambio radical a su vida de funcionaria para enrolarse en el proyecto vitivinícola de Crego e Monaguillo. Asunción Rodríguez Zarraquiños, además de las funciones que ejerce en la bodega para la que presta sus servicios, participa también como socia activa de una empresa de servicios agrarios y vitivinícolas. Trabajadora infatigable, asegura “haber vivido este mundo desde pequeña” y reivindica activamente el papel de la mujer, de la que dice “que algún día llegará a no ser noticia que una de nosotras preside algo por primera vez”. Ha llegado para recorrer un ligero tránsito hasta la convocatoria de nuevas elecciones, que tendrán lugar el próximo año, pero ello no impedirá que “asuma esa responsabilidad con toda imparcialidad”.

¿Qué fue lo que le llevó finalmente a aceptar su propuesta de presidenta del Consello?

El corto periodo de tiempo del mandato, porque las elecciones al Consello Regulador serán el próximo año. Tenía claro, tanto yo como una gran parte del sector, que si llegaba alguien nuevo y ajeno al funcionamiento necesitaría un proceso de adaptación precisamente en el periodo de mayor actividad del organismo, que es en julio y agosto. Me costó mucho tomar la decisión, porque era consciente de que algunos bodegueros podían pensar que no era la más indicada por mi vinculación a una de las bodegas. Así me lo hicieron saber, y solicité un ligero sondeo para conocer la opinión mayoritaria Obtuve un amplio respaldo y decidí que debía continuar para someter mi designación en el pleno.

¿Podemos entender entonces que será un mandato de transición hasta la nueva convocatoria electoral?

No, en absoluto. Yo llego a la presidencia para hacerlo lo mejor posible, cambiar aquello en lo que necesitemos mejorar y, cuando llegue el momento, ya se verá. No me gusta decir nunca de este agua no beberé. Siempre dije que no sería presidenta por mi vinculación a una bodega, y aquí estoy. En todo caso, mi perspectiva no es seguir.

¿Cuáles son las principales acciones en las que va a enfocar sus esfuerzos?

Es evidente que llegar a la presidencia en estas fechas deja poco margen de maniobra, porque los presupuestos para este año ya están cerrados y hay que llevar a cabo aquellas actuaciones que ya estaban presupuestadas. Sin embargo, tenemos por delante un importante reto, que es conseguir la acreditación Enac, que consideramos fundamental porque sería la segunda denominación de origen gallega en conseguirlo y esa calificación permitiría asociar a Monterrei a producto de calidad. También estoy en contacto con varias instituciones para implantar, en un proyecto a largo plazo, cursos de formación tanto para bodegueros como para productores. La formación es fundamental para que cada vez más gente pueda vivir de la viticultura, pero no sólo de ella, también de la comarca. Debemos concienciarnos de que en Monterrei no sólo debemos vender vino, sino también debemos vender gastronomía, paisaje y, sobre todo, la comarca.

Pero, supongo que será el Consello Regulador uno de los organismos que más protagonismo tenga en esa labor de creación de riqueza.

Será una labor de mucha gente, no sólo del Consello, empezando por las administraciones locales, Diputación y Xunta. Necesitamos de ese apoyo porque nuestras competencias en formación están muy limitadas. Es muy importante que la gente empiece a concienciarse, mediante la formación, de que se puede vivir del sector. En Monterrei, desgraciadamente, la viticultura está en manos de gente mayor y la Administración debe hacer algo para que esas viñas no se desaprovechen.

¿Los jóvenes no se están incorporando a la producción?

Lo único que trajo de positivo la crisis fue que sí, que la gente joven retornó a la comarca y algunos se incorporaron a la viticultura, otros a la agricultura, en definitiva, retornaron al campo. Y, nosotros desde aquí, debemos realizar una gran labor de concienciación para dejar bien claro que se puede vivir de este sector. Porque, históricamente en Monterrei siempre el vino se consideró como una segunda actividad. Pero, ahora, se está invirtiendo la tendencia en cuanto a la demanda de uva. Ya se están quedando las bodegas sin uva y eso va a exigir una decidida apuesta porque hemos sufrido un cambio brutal.

Recibe, entonces, una herencia envidiable.

Sin duda, no puedo decir que las cosas no se hayan hecho muy bien. No debemos dormirnos, pero la proyección de la denominación fue brutal. Los datos de los últimos 10 años son simplemente apabullantes. Sólo saber que estamos exportando un 17% de lo que producimos da una idea de la absoluta transformación que ha sufrido este sector en la comarca. Es demoledor ese dato, una denominación tan joven y que exporte esa cantidad…

¿A qué mercados debe apostar el vino de Monterrei?

En el Norte de España estamos muy implantados, pero ya es posible poder tomar vino de Monterrei en cualquier parte del país. Yo siempre fui de las que pensé que sí, que es bueno abrir nuevos mercados pero vigilarlos muy de cerca. El vino tiene que rotar, lo que más miedo me da es que una botella de Monterrei esté parada cuatro o cinco años en una vinoteca y llegue un consumidor y la pida. Ese consumidor recibirá un producto que no va a cumplir ya sus expectativas. Evidentemente, en Europa Central hay muchas posibilidades, para mí es uno de los más atractivos en estos momentos; todo ello sin descartar los de los países emergentes.

En otras denominaciones se está apostando mucho por el turismo vitivinícola… llegar a una bodega y pasar un par de noches en sus instalaciones. ¿Funcionaría algo así aquí?

Aquí tenemos ya implantada la ruta del vino, pero estoy convencida de que debemos darle una vuelta porque no está funcionando todo lo bien que debería. Está claro que el sector del vino despierta curiosidad, y ese trabajo de promoción es una labor de todos los agentes, públicos y privados. Debemos implicarnos todos, Ayuntamiento, bodegas, productores, turismo, hostelería… pero urge replantear esa ruta del vino.

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