Tras superar todos los requisitos, la entidad anunció que la bodega “Alejandro Ramón Blanco Dijkhoff”, de Mourazos, Verín, pasaba a convertirse en la 29º inscrita y certificada por la DO Monterrei. Con esta incorporación, la DO ha pasado en la última década de 23 a 29 bodegas registradas, lo que supone un aumento del 26%.
Esta evolución positiva del número de miembros de la denominación va pareja al incremento sostenido, año tras año, en la producción total de uva. En los últimos diez años, la superficie productiva ha pasado de dar unos rendimientos totales de 2.820.213,4 kg. en 2014, a los 6.931.621 kg. de la campaña de 2023, lo que revela un incremento del 145% en este período.
Además, la superficie productora también ha aumentado, pasando de 463 hectáreas de viñedos en 2014, a 719 el año pasado. El número de viticultores, eso sí, permanece estable, y el ejercicio anterior se cerró con un total de 375 productores.
Fase de crecimiento
Para el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (CRDO) Monterrei, Jonatás Gago, “que una nueva bodega quiera certificar sus vinos bajo la tipología de blanco y tinto Monterrei, es motivo de alegría para todo el Consejo Regulador”.
Al respecto de cómo ve la situación de la DO Monterrei, el presidente reconoce que “estamos en una fase de crecimiento y expansión muy importante, pero la premisa esencial siguen siendo la calidad y la excelencia. Esto se debe al buen hacer de viticultores y bodegueros, cuyo excelente trabajo provocan que haya más gente interesada en nuestra línea de trabajo”.
En cuanto al posible aumento en la cifra de bodegas, Gago reconoce que “cada vez producimos más vino en un mayor número de hectáreas, por lo que poco a poco aumentará también el número de bodegas inscritas en la DO. La marca Monterrei despierta interés, sobre todo sus blancos y, en especial, el godello, pero tenemos también otras variedades y tintos excelentes.”
Por su parte, la cara visible de la nueva bodega de la DO es su responsable, Alejandro Ramón Blanco, un joven productor de tan solo 40 años. Hijo de viticultor, su padre Ramón Blanco estuvo además implicado en la creación del CRDO, por lo que para Blanco, “nunca houbo dúbidas de que se creabamos a nosa adega, sería baixo a marca da DO”.
Este proyecto “totalmente familiar”, pues le acompaña su hermana, nació como “unha ilusión, un tributo ao noso pai”. Pero las bases del mismo no se asentaron hasta hace tres años, cuando concentraron sus cuatro hectáreas en producir dos líneas, una de tintos y otra de blancos.
Su marca se denominará “‘Ramón Bigotes’, o alcume de meu pai. Queremos que sexa algo recoñecible e moi noso”, apunta Blanco. Las primeras botellas, fruto de la añada del 2023, empezarán a comercializarse muy pronto.
