El lecho del río está totalmente seco a lo largo de más de un kilómetro a partir del pueblo de Pazos
El río Támega quedó sin gota de agua en un tramo de más de un kilómetro, una vez rebasado el casco urbano de Verín, entre el puente de Pazos y la desembocadura del río Búbal, a la altura de la autovía Rías Baixas, donde el río recupera 0,5 metros cúbicos por segundo gracias a su afluente, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero.
El lecho del río permanece seco desde la pasada semana a causa de las represas para habilitar zonas de baño, las concesiones de agua para abastecimiento y riegos. Al menos, con esta hipótesis trabajan los agentes fluviales del organismo de cuenca, que de momento no detectaron peces muertos, asfixiados ante la falta de líquido elemento. En la propia Hidrográfica recordaban ayer que la situación "es normal", porque el Támega, durante la época estival, lleva muy poca agua.
Entre el casco urbano de Verín y el naciente del río en Laza hay instaladas cuatro represas para el baño. Las dos que hay en el casco urbano verinense liberan en la mañana de ayer caudal, pero la corriente se consumía en un tramo de unos 400 metros, no llegaba al puente de Pazos.
El concejal de Deportes, Víctor Manuel Baladrón, recuerda que en las dos zonas de baño se están cumpliendo las exigencias de la Hidrográfica para evitar posibles daños en la flora y fauna del río. "Pedimos autorización para habilitar una zona de baño en Pazos y no lo concedieron para impedir que secara el cauce", apuntó el edil.
Arena y tierra
La falta de agua mantiene crispados a los pescadores, máxime cuando el Concello de Verín habilitó, a lo largo del tramo que está seco, una ruta peatonal y de bicicleta, inaugurada a finales del pasado mes de julio. "Bombean auga para abastecemento e colocan en todos os lugares represas que fan que o río quede sin auga", lamentó un pescador verinense, José Castro.
Su argumento es compartido por su compañero, Manuel Pérez, que asegura que entre Verín y Pazos hay mucha arena y tierra "e sumese a auga. Deberían limpalo", añadió.
El ecologista, Emilio Rodríguez, ligado a Amigos da Terra, recuerda que la falta de agua está provocando que se acumule basura y aguas residuales en remansos del río, "poñendo en perigro a vida acuática. Hai depurados que verten o río. Senon hai corrente, acumulanse os restos", explicó.
La situación del Támega es excepcional con respecto al resto de ríos y embalses de la provincia, en los que, según Aguas de Galicia, el caudal están por encima de la media de años anteriores en estas mismas fechas a causa de las lluvias caídas durante la primavera e incluso mes de junio.
