Ricardo Fidalgo, vecino de Carzoá (Cualedro), recibe una Medalla al Mérito de Protección Civil por arriesgar su vida para rescatar a un vecino durante un incendio.
La Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio de Interior concedió una Medalla al Mérito a Ricardo Fidalgo, vecino de Carzoá (Cualedro), por arriesgar su vida en un incendio de una vivienda para rescatar con vida a un anciano, Alejandro Pérez, que murió horas después en el hospital. El reconocimiento a este vecino se desarrolla hoy en Cualedro.
¿Cómo ha recibido esta distinción?
Antes que una medalla yo prefería que el vecino Alejandro Pérez estuviese vivo. Nunca pensé en medallas cuando acudí al incendio de la casa de este hombre, sólo en ayudar. Ni tampoco imaginaba que me fuesen a premiar, estoy sorprendido pues no contaba con ello. La medalla no es mía sino de todo el pueblo, con el que la comparto, pues yo entré a la casa con la fuerza de los vecinos que se dejaron la piel para intentar ayudar.
¿Se siente un héroe?
En absoluto, insisto en que acudieron más vecinos. Volvería a hacer lo mismo sin pensarlo, pero estoy contento con este reconocimiento.
¿Cómo recuerda aquel fatídico 31 de octubre del 2005?
Lo recuerdo como una jornada muy triste. Había fuego pero lo peor era la densa humareda y las altas temperaturas. Entré en la casa y no aguantaba el calor. Entonces, me acordé de lo que hacía en una sauna del gimnasio, que para aguantar hay que agachar la cabeza y así lo hice. Como conocía la casa y un joven dijo que que estaba sentado en el sofá, me dirigí directo a esa parte de la casa, cogí al vecino y lo saqué a la puerta. Nunca olvidaré lo que me dijo: Viñeches, compañeiro. Me reconoció.
Está claro que lamenta el desenlace...
Mucho, pues falleció después en el hospital. Él vivía a mi lado. Era una buena persona y lo iba a visitar de vez en cuando.
Sí, pues quedó el interior de la casa completamente calcinado. Si entras ya sabes que tal vez no puedas salir. Pero lo prioritario para mí era rescatar al vecino con vida. No podíamos esperar. Cuando llegaron los bomberos y la Guardia Civil, el hombre estaba fuera de la vivenda. Recuerdo que cuando salí de la casa, la camiseta que llevaba parecía un chaleco de yeso, estaba completamente afectada por las altas temperaturas pero no sufrí daños. También que un vecino me echaba agua por la ventana. Fue muy duro para todos, un día que no apetece recordar.
¿Vive en el pueblo, a qué se dedica?
Soy artista, hago trabajos en madera y pintura, pero en este momento estoy sacando el carné de conducir, que me ocupa bastante tiempo. Mi vida cotidiana discurre en mi pueblo, Carzoá. ¿Está preparado para este homenaje? Bueno, lo que me dijeron es que tengo que madrugar para acudir al acto (que será hoy a la una de la tarde en la Consistorial de Cualedro). La medalla se la dedico a todo el pueblo. Ojalá que no vuelva a ocurrir una desgracia como ésta pues fue terrible.
¿Los vecinos de Carzoá lo felicitan?
Claro, pero yo también a ellos puesto que sin el trabajo de los demás vecinos que colaboraron en el incendio no se podría haber rescatado al vecino. También el alcalde, Luciano Rivera Cuquejo, me llamó para comunicarme este reconocimiento y se lo agradezco. Pero repito que con o sin medalla, está claro que volvería a intentar salvar una vida.
¿Cómo ha recibido esta distinción?
Antes que una medalla yo prefería que el vecino Alejandro Pérez estuviese vivo. Nunca pensé en medallas cuando acudí al incendio de la casa de este hombre, sólo en ayudar. Ni tampoco imaginaba que me fuesen a premiar, estoy sorprendido pues no contaba con ello. La medalla no es mía sino de todo el pueblo, con el que la comparto, pues yo entré a la casa con la fuerza de los vecinos que se dejaron la piel para intentar ayudar.
¿Se siente un héroe?
En absoluto, insisto en que acudieron más vecinos. Volvería a hacer lo mismo sin pensarlo, pero estoy contento con este reconocimiento.
¿Cómo recuerda aquel fatídico 31 de octubre del 2005?
Lo recuerdo como una jornada muy triste. Había fuego pero lo peor era la densa humareda y las altas temperaturas. Entré en la casa y no aguantaba el calor. Entonces, me acordé de lo que hacía en una sauna del gimnasio, que para aguantar hay que agachar la cabeza y así lo hice. Como conocía la casa y un joven dijo que que estaba sentado en el sofá, me dirigí directo a esa parte de la casa, cogí al vecino y lo saqué a la puerta. Nunca olvidaré lo que me dijo: Viñeches, compañeiro. Me reconoció.
Está claro que lamenta el desenlace...
Mucho, pues falleció después en el hospital. Él vivía a mi lado. Era una buena persona y lo iba a visitar de vez en cuando.
Sí, pues quedó el interior de la casa completamente calcinado. Si entras ya sabes que tal vez no puedas salir. Pero lo prioritario para mí era rescatar al vecino con vida. No podíamos esperar. Cuando llegaron los bomberos y la Guardia Civil, el hombre estaba fuera de la vivenda. Recuerdo que cuando salí de la casa, la camiseta que llevaba parecía un chaleco de yeso, estaba completamente afectada por las altas temperaturas pero no sufrí daños. También que un vecino me echaba agua por la ventana. Fue muy duro para todos, un día que no apetece recordar.
¿Vive en el pueblo, a qué se dedica?
Soy artista, hago trabajos en madera y pintura, pero en este momento estoy sacando el carné de conducir, que me ocupa bastante tiempo. Mi vida cotidiana discurre en mi pueblo, Carzoá. ¿Está preparado para este homenaje? Bueno, lo que me dijeron es que tengo que madrugar para acudir al acto (que será hoy a la una de la tarde en la Consistorial de Cualedro). La medalla se la dedico a todo el pueblo. Ojalá que no vuelva a ocurrir una desgracia como ésta pues fue terrible.
¿Los vecinos de Carzoá lo felicitan?
Claro, pero yo también a ellos puesto que sin el trabajo de los demás vecinos que colaboraron en el incendio no se podría haber rescatado al vecino. También el alcalde, Luciano Rivera Cuquejo, me llamó para comunicarme este reconocimiento y se lo agradezco. Pero repito que con o sin medalla, está claro que volvería a intentar salvar una vida.
