El aparato tuvo que aterrizar de emergencia sobre el río Hudson tras estrellarse con una bandada de pájaros

Los 155 pasajeros de un avión de la US Airwais, a salvo gracias a la pericia del piloto

El avión sobre las gélidas aguas del río Hudson.
Los 155 pasajeros del vuelo 1549 de US Airways que amerizó sobre las gélidas aguas del Río Hudson fueron rescatados sanos y salvos de un accidente que pudo haber acabado en tragedia si no llega a ser por la pericia del piloto. Ese vuelo, que salió hacia las 15.03 hora local (20.03 GMT) del aeropuerto neoyorquino de La Guardia hacia Charlotte (Carolina del Norte), terminó amerizando sobre el río tan sólo unos minutos después de despegar. Al parecer, dos colisiones de un número indeterminado de aves, posiblemente gansos, contra el aparato habrían sido la causa del accidente, según el propio piloto de la aeronave, CB 'Sully' Sullenberger.
La Administración Federal de Aviación (FAA en inglés) también indicó que varios testigos aseguraron haber visto bandadas de aves cruzarse con la aeronave en el momento del despegue.

La Asociación de Controladores Aéreos de EEUU detalló que esas colisiones ocurrieron nada más despegar y que el piloto enseguida informó de que había perdido el impulso de los motores del avión, por lo que tuvo que buscar la mejor estrategia para volver a tomar tierra lo antes posible.

Según datos de la FAA, sólo en 2007 se reportaron 7.600 colisiones de aves u otros animales salvajes con aparatos de aviación civil en EEUU, por lo que se cree que el piloto tenía un entrenamiento especial en este tipo de incidentes.

En declaraciones a la prensa, Jeff Kolodjay, uno de los pasajeros, aseguró haber oído una explosión dos o tres minutos después del despegue y acto seguido vio fuego en el motor izquierdo del avión.

'Sujétense para el impacto'


Poco después, 'el piloto dijo 'sujétense para el impacto porque descendemos', así que los pasajeros pusieron la cabeza sobre el regazo y empezaron a rezar', relató Kolodjay.

Otro de los pasajeros, Albero Panero, indicó que 'el avión se agitó' y que en la cabina se pudo oler el humo, y poco después el 'capitán dijo, 'preparados para aterrizar', y empezamos a bajar'.

Pese a la catástrofe en que se podría haber convertido este accidente, cerca de tres horas después todos los pasajeros ya habían sido evacuados y se encontraban sanos y salvos.

'Es un milagro sobre el río Hudson. Se ha evitado un accidente que potencialmente podría haber sido muy trágico', aseguró el gobernador del estado de Nueva York, David Paterson, mientras observaba desde un muelle de Midtown, en Manhattan, el avión que aún flotaba rodeado de decenas de embarcaciones de rescate, la mayoría de la guardia costera, la policía y otras organizaciones de rescate.

El espectacular despliegue de medios y personal de emergencias permitió que los pasajeros que se agolparon sobre las alas del avión fueran rápidamente rescatadas y enviadas -las que así lo solicitaron- a hospitales de Nueva York y Nueva Jersey, dos Estados vecinos separados precisamente por el río Hudson.

Algunos con hipotermia



Algunos de ellos padecían hipotermia, especialmente los que fueron rescatados del agua, pero no se detectó a nadie en estado grave pese las bajas temperaturas que reinaban hoy en Nueva York, donde durante todo el día rondaron los -8 grados centígrados.

'Según nos están informando los hospitales de Nueva York y Nueva Jersey, a los que se está enviando a la gente, todos están afortunadamente en buenas condiciones', explicó un portavoz de la Oficina de Gestión de Emergencias de Nueva York.

Testigos presenciales y pasajeros del vuelo -que salió con 15 minutos de retraso- coincidieron en indicar que el avión perdió altura con lentitud y que se posó con relativa suavidad sobre las aguas del río Hudson.

Por su parte, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que también se trasladó a la zona del accidente, felicitó al piloto por su 'maravilloso' trabajo, y señaló que 'lo más importante es que todos están a salvo, creemos'.

Añadió que había tenido ocasión de hablar 'largamente' con el piloto del avión y que éste le había confirmado que 'antes de salir del aparato lo recorrió entero dos veces para comprobar que no quedaba nadie dentro'.

Bloomberg detalló que hoy mismo llegó a Nueva York un equipo del Comité Nacional de Seguridad en el Transporte de EEUU (NTSB en inglés) y que éste será el encargado de investigar los motivos.

Ante la exitosa resolución del siniestro, el alcalde la ciudad incluso se permitió bromear advirtiendo de que 'ésta no es la forma habitual que tiene Nueva York de recibir o despedir a sus visitantes'.

'Nueva York es la ciudad más preparada del mundo después del 11-S (atentados terroristas en EEUU el 11 de septiembre de 2001), así que era de esperar semejante despliegue tanto de bomberos, como de médicos y ambulancias. Estoy impresionado por el despliegue', aseguró Gastón A. Costa, médico de emergencias en Argentina que se encontraba de turismo por la zona en el momento del accidente.

El amerizaje de emergencia de un Airbus 320 sobre el río Hudson ha puesto a prueba, una vez más, la enorme experiencia y capacidad de respuesta de Nueva York ante emergencias donde están en juego un gran número de vidas y ha dado a los estadounidenses un nuevo héroe.

Las imágenes de una treintena de pasajeros dándose la mano y en pie en una de las alas del avión de US Airways que en la tarde del jueves cayó a las frías aguas del Hudson han vuelto a estremecer a muchos neoyorquinos, que han revivido otras escenas de pasadas tragedias que han afectado a la ciudad.

'Milagro' fue la palabra que más veces se ha repetido tras ese accidente, en el que la experiencia y pericia de su piloto, el capitán CB 'Sully' Sullenberger evitó la tragedia para los 150 pasajeros y los otros cuatro tripulantes que le acompañaban en el vuelo 1549 desde LaGuardia a Charlotte (Carolina del Norte).

'Es un milagro sobre el río Hudson. Se ha evitado un accidente que potencialmente podría haber sido muy trágico', afirmó el gobernador del estado de Nueva York, David Paterson, mientras observaba desde un muelle de Midtown, en el oeste de Manhattan, el avión aún flotando y rodeado de decenas de embarcaciones de rescate, la mayoría de la guardia costera, la policía y otras organizaciones de rescate.



'Estoy impresionado por el despliegue. Es increíble. La ciudad de Nueva York está preparada para cualquier adversidad y tiene entrenado a todo el personal ya sea de paramédicos, bomberos o rescate en cualquier catástrofe', dijo el médico de emergencias argentino, Gastón Costa, de vacaciones en la Gran Manzana y que presenció el operativo de salvamento.

Las bajas temperaturas que vive estos días la costa Este de Estados Unidos, y que en Nueva York se han situado entre -8 y -10 grados centígrados, con nieve y vientos polares, hicieron temer por la vida de los pasajeros, aunque finalmente sólo algunos han sido tratados por síntomas de hipotermia.

Los doctores que atienden a los heridos han señalado, en los diferentes medios de comunicación, que se recuperan bien.

El héroe de la jornada


Pero el héroe de esta evitada tragedia ha sido Sullenberger, un aviador que, según su perfil en la red social para profesionales LinkedIn, lleva 29 años trabajando para esa aerolínea, ha sido piloto de combate de un F-4 en las fuerzas aéreas estadounidenses y desde hace dos años es el presidente de la organización Safety Reliability Methods, que proporciona asesoría técnica a diferentes industrias para evitar riesgos.

El amerizaje de emergencia que hizo Sullenburger de un avión comercial del tamaño de un Airbus 320 ha sido alabado por los expertos de aviación, ya que logró que la aeronave no sufriera daños, siendo potencialmente una operación de más riesgo que una similar en tierra.

Los habitantes de la isla de Manhattan, con los ríos East y Hudson a cada uno de sus lados, se sobresaltaron de nuevo con este accidente, pues la ciudad ya ha vivido otros sucesos aéreos e incluso un ataque terrorista cuando el 11 de septiembre de 2001 unos terroristas estrellaron dos aviones comerciales contra las Torres Gemelas.

Cinco años después, un 11 once de octubre, una pequeña avioneta pilotada por el jugador de béisbol de los Yankees Cory Lidle, se estrelló contra un edificio de apartamentos en Manhattan, en un accidente en el que pereció junto a su acompañante.

En 2005, la región de Nueva York vivió otros accidentes aéreos, como el de un helicóptero que se precipitó en junio de ese año sobre el río East por un fallo mecánico y el de un bimotor, con once ocupantes, que meses antes chocó contra un edificio tras salirse de la pista en el aeropuerto de Teterboro (Nueva Jersey).

En julio de 1997, los neoyorquinos vieron también como un avión de la hoy desaparecida compañía aérea estadounidense 'TWA' con más de 200 personas a bordo se estrelló cerca de Nueva York poco después de despegar del aeropuerto internacional de John F. Kennedy cuando se dirigía a París.

Te puede interesar