Continúan los enfrentamientos en torno al palacio presidencial de Costa de Marfil

Las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil (FRCI), leales al presidente electo del país, Alassane Ouattara, atacaron ayer de nuevo la residencia oficial del gobernante saliente, Laurent Gbagbo, cuya salida del poder es 'irremediable', según el Gobierno francés.
Fuentes del Estado Mayor de Ouattara informaron de que, tras un fallido asalto a la residencia de Gbagbo el miércoles, donde se refugia con su familia, ayer se lanzó un nuevo ataque con artillería pesada contra su último reducto y contra el Palacio Presidencial, en manos de sus fieles, tras las escasas horas de calma del miércoles. El objetivo de las FRCI sigue siendo el mismo: desalojar a Gbagbo para permitir que Alassane Ouattara tome posesión de su cargo de nuevo jefe del Estado.

Una ceremonia que el Gobierno de Francia, ex potencia colonizadora, no fija demasiado lejos: su ministro de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, aseguró ayer que la caída de Gbagbo es 'irremediable' y ocurrirá en 'las próximas horas o en los próximos días'. El jefe de la diplomacia gala aseguró que el recurso de la fuerza en Abiyán para desalojar a Gbagbo es 'imputable' al propio gobernante saliente, a quien responsabilizó de 'un verdadero asalto' del banco central y de haber disparado 'contra la población civil'.

Asimismo, Juppé contó que Gbagbo se pertrechó en los sótanos de su residencia y precisó que es Ouattara, el presidente electo, el que pone las condiciones al mandatario saliente porque es 'el (presidente) legítimo'. 'No era Francia la que negociaba directamente', apuntó respecto a las conversaciones del miércoles, aunque aclaró que el embajador francés ha cumplido un papel de facilitación en la situación.

Por su parte, el ministro de Defensa galo, Gérard Longuet, afirmó que 'sólo quedan unos centenares de combatientes' leales a Gbagbo y que Ouattara cuentas con unos dos mil militares.

Mientras tanto, el Parlamento Europeo (PE) aprobó en su reunión de ayer una resolución sobre la situación en el país africano en la reclama un 'papel más activo' de la Unión Europea (UE) para poner fin al conflicto.

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